Gaceta de La Solana - Nº 242 - page 20

Gaceta de La Solana
20
Reportaje
“El gasoil es nuestra tumba”
Los transportistas autónomos de La Solana están al borde del colapso por el alza imparable del combustible para
sus camiones. Han tenido que agudizar el ingenio y esperan respirar un poco con la nueva cooperativa que han
puesto en marcha, de nombre “Galanes”.
A
urelio
M
aroto
A
lberto e Iván son dos colegiales
que viven en su mundo rosa. A
su edad, poco saben de costes
de gasoil, ni de portes, ni de averías...
Cada día se levantan, van al cole, ha-
cen la tarea y juegan, sobre todo juegan,
como cualquier niño de su edad. Sus
padres son para ellos el centro del uni-
verso. Por fortuna, todavía ignoran que
detrás de ese mundo perfecto hay otro
lleno de preocupaciones, estrecheces y
problemas diarios.
El padre de Alberto e Iván es trans-
portista autónomo. Vamos, camione-
ro, como siempre se ha dicho. Se llama
Juan Alfonso Moya, y vive apresado por
un trabajo que te come día a día. La cul-
pa, entre otras cosas, el alto precio del
combustible que consume su camión.
Una escalada imparable que está sien-
do la tumba de muchos de estos pro-
fesionales del volante. Para mitigar los
daños, se ha unido a otra veintena de
colegas del gremio para montar la esta-
ción de servicio “Galanes, Cooperativa
de Castilla-La Mancha”, ubicada en el
Polígono Industrial. Una iniciativa que
les permite lograr un mejor precio y, de
paso, ofrecer gasoil a cualquier ciuda-
dano que desee repostar como en otra
gasolinera, pero a un precio algo más
barato.
Un gasto insoportable
En La Solana operan cerca de una
treintena de transportistas autónomos.
Son un pequeño batallón de hombres
que todos los días se ponen al volante
para alimentar las necesidades de abas-
tecimiento de toda España, un país que,
para bien o para mal, depende en gran
medida del transporte por carretera
para funcionar. Esos “camioneros” de
La Solana están que trinan. Ven cómo
sus márgenes de beneficio han caído
como plomo en agua en los últimos
tiempos. El litro de gasoil está a 1,37 eu-
ros, cuando hace sólo cinco años apenas
superaba el euro.
Para entenderlo mejor, basta una
cuenta fácil. Un camión consume una
media de 4.000 litros mensuales, o sea,
un gasto fijo de 5.480 euros. “El com-
bustible supone el setenta por ciento de
la facturación de un vehículo pesado”.
Juan Alfonso Moya no entiende qué
está pasando, o quizás sí, “las petroleras
se ponen de acuerdo y las autoridades
no hacen nada para frenar estas subi-
das”. En realidad, el alto precio de las
gasolinas lo sufrimos todos, pero ellos
más que nadie.
La vida del transportista autónomo
está pegada a una factura segura cada
vez que se levanta. “No hay día que no
te venga una letra de algo”. Mantener un
camión en carretera supone una sangría
continua. Por ejemplo, un camión me-
dio paga 2.000 euros sólo en seguros al
año entre cabeza tractora, semi remol-
que y seguro de mercancías. El impues-
to de circulación son 130 euros más, y la
tarjeta de autónomo otros 273.
Si hablamos de mantenimiento, la
cosa aumenta, habida cuenta que cam-
biar neumáticos ronda los 3.000 euros
al año, o año y medio. Por no citar cam-
bios de aceites, limpiezas y, por supues-
to, averías. Habida cuenta que el parque
móvil envejece, precisamente por la
imposibilidad de renovarlo, los acha-
ques se multiplican y pasar por el taller
hace sudar al transportista autónomo.
“Financiar un camión nuevo es impen-
sable; se pone en cien mil euros”. Para
colmo, el gobierno retiró una pequeña
ayuda de 940 euros a través del Minis-
terio de Fomento, oficialmente para
“mejoras medioambientales del vehí-
culo”. Se concedieron hasta el año 2010.
“Menos daba una piedra, pero ahora ni
eso” –lamenta-.
Un oficio poco rentable
El alza del gasoil es una losa, desde
luego, pero lo sería menos si los ingre-
sos hubieran subido de manera pro-
porcional, incluso menos. El problema
es que los portes sólo han aumentado
un 7% desde el año 2008. Una ridicu-
lez. Un transportista cobra una media
de 0,72 euros por kilómetro. Si tene-
mos en cuenta hace entre diez y once
mil kilómetros mensuales, su factu-
ración media a menudo no llega a los
8.000 euros, de los cuales entre cinco
y seis mil se los come el gasoil. Otra
vez, la ecuación es fácil si añadimos
el carrusel de gastos ordinarios, y ex-
traordinarios, que aparecen a lo largo
del mes. “Muchos meses no ganas ni
para pipas”.
¿Qué hacer, entonces?. Por un lado
están las agencias, que manejan los
precios del porte como quieren. “Las
fábricas aplican la tarifa legal, pero las
agencias de transporte hacen y desha-
cen a su antojo y se aprovechan con
los intermediarios”. A veces –asegura-
Juan Alfonso Moya junto a su camión antes de un viaje.
1...,10,11,12,13,14,15,16,17,18,19 21,22,23,24,25,26,27,28,29,30,...44
Powered by FlippingBook