Gaceta de La Solana
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Reportaje
Los meses más proclives para la cele-
bración de las bodas coinciden con la
llegada del verano, es decir, junio, julio,
agosto y septiembre, aunque también se
reparten durante el resto del año, a ex-
cepción de noviembre.
Banquetes más modestos
Los negocios relacionados con las bo-
das también han experimentado ciertos
vaivenes, habiendo decaído sus ingresos
notablemente desde que estalló la rece-
sión económica. Los años de bonanza y
alegría desorbitada han desembocado
en un estudio minucioso de los gastos
relacionados con el enlace, lo que mu-
chos novios ahora sacan la calculadora.
Una de las partes más importantes de
los enlaces es el banquete nupcial. Si en
La Solana hay alguien sobradamente
experimentado es Bernardino Carras-
cosa, una autoridad en el sector. Lo pri-
mero que dejó claro es que ha bajado la
cifra de bodas con respecto a los prime-
ros años del nuevo siglo. El estallido de
la crisis propició un descenso en todos
los números.
Bernardino reconoce que hubo un
tiempo en que los menús fueron a más,
donde los novios restaban importan-
cia a los precios “la gente no se retraía
en ese tema, pero ahora los miran con
lupa”. También ha bajado el número de
comensales con respecto a los años de
bonanza. Atrás quedaron banquetes de
350 ó 400 invitados, ó incluso los 700
que marcaron el techo de asistentes,
aunque estas últimas siempre hayan
sido “las menos”. La boda estándar está
en algo más de doscientos invitados.
En todo caso, el veterano hostelero
deja claro que “ahora se vende más ba-
rato que en los últimos cuatro ó cinco
años”, lo que viene derivado por varias
coyunturas, y especialmente, porque se
han mantenido los precios de los me-
nús. No es poco que las parejas pagan
religiosamente los banquetes, siendo
ellos mismos los que contratan los ser-
vicios. En este sentido “la mujer se fija
más en todo y preguntan mucho más”.
Más que nunca –dice Bernardino- “las
mujeres son las auténticas administra-
doras de la casa”.
En esta línea, el propietario de Salones
El Mirador del Parque asegura que “ahora
los novios no abrochan tanto”, sabiendo
que los sobres a los postres llevan menos
carga de euros. Antes podían sacar prác-
ticamente el doble que el coste de la boda.
Lo peor de todo es que las perspecti-
vas no son muy halagüeñas, aunque no
es poco que, según nota, “parece que la
cosa se ha estabilizado algo”.
Mundo digital,
batalla perdida
Otra parte importante e imprescindi-
ble en los enlaces matrimoniales tiene
que ver con la inmortalización del gran
día a través de un buen reportaje fo-
tográfico. Los profesionales del sector
también han visto decrecer sus ventas
de forma considerable, adelgazando el
contenido de los “books” y perdiendo
la batalla frente a las nuevas tecnolo-
gías. El fotógrafo Juan Félix Chacón, un
clásico en La Solana, reconoce que los
novios se ajustan a un presupuesto más
modesto.
El protocolo sigue siendo el mismo: la
casa de la novia, la del novio, el enla-
ce, el post enlace y el salón. Pero todo
es más reducido, con menos retratos
en general “miran las fotografías en el
ordenador y eligen una cantidad, de-
sechando muchas porque se les va de
presupuesto”.
Los contrayentes miran mucho los
precios, no por la competencia del sec-
tor ya que las tarifas son muy similares,
sino por la cantidad de copias que pre-
tenden sacar. Chacón recalca que “lo
digital ha perjudicado totalmente a este
oficio porque se hacen menos copias”.
Atrás quedaron aquellos libros volumi-
nosos difíciles de manejar y llenos de
fotografías “había más alegría, se gas-
taban más dinero”, señaló el conocido
retratista.
Además, el trabajo del fotógrafo prác-
ticamente termina cuando los novios
llegan al salón. Las típicas instantáneas
de los recién casados con otras pare-
jas ó con grupos de amigos durante el
Las parejas tardan más tiempo en casarse, si se casan.
Los tiempos cambian cuando se trata de casarse.
