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Gaceta de La Solana
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Reportaje
Reportaje
Sancho y Lucía” fue su primer destino
docente. De allí salió con una forma-
ción musical suficiente que le sirvió
como plataforma de salto a estudios su-
periores.
Ahora, después de haber conocido la
realidad de un mundo que lo tiene todo,
excepto facilidad para vivir de él, re-
flexiona sobre su decisión “cuando dices
que estudias piano te responden ¿y qué
más?”. En España no hay tradición musi-
cal, pero sí grandes músicos. Falla, Albé-
niz, Granados, Sorozábal… son nombres
que demuestran la cantidad y calidad de
ejecutantes de primerísimo nivel que ha
parido nuestro país. Y los sigue pariendo.
Alfonso sostiene que hoy en día conti-
núan brotando extraordinarios maestros
dentro de nuestra piel de toro. Incluso a
nivel local destaca el intelecto musical
de gente como Ángel Sancho, Conchi
Reguillo, Vicente Delgado, Reyes Baeza
o Miguel Maroto, por citar algunos. He
ahí la gran paradoja “es una pena que no
demos valor a todo ese talento”.
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La solución para muchos de esos vir-
tuosos de la partitura pasa por buscar
fuera lo que no encuentran en casa. En
efecto, gran parte de los músicos profe-
sionales de nuestra región se tienen que
ir de su tierra en busca de sus habichue-
las, y también de un reconocimiento so-
cial del que aquí carecen. En Castilla-La
Mancha hay poco a lo que agarrarse
“somos la única comunidad autóno-
ma que no tiene centro superior”. Ni
siquiera existe una orquesta residente,
sólo agrupaciones privadas. Tal déficit
obliga a emigrar, a menudo al extran-
jero. Por desgracia, exportamos talen-
n arte que permite
avanzar
lfonso Candelas admite que barre para
asa cuando habla de su oficio. Es posible
ue le pierda la pasión “aunque suene pre-
encioso, creo que la música está por enci-
a de crisis y de ideologías”. Pero intenta
azonar su posicionamiento, aunque sólo
ea por el dicho popular: “la música amansa
las fieras”. Dicho de otra manera “la mú-
ica te da un prisma distinto de las cosas;
s un arte, y como tal nos permite avanzar”.
n cada músico hay un sesgo de rebeldía.
os artistas tienen un gen especial que, a
enudo, les otorgan un punto de distinción.
i echamos un vistazo, es muy raro encon-
rar músicos en el mundo de la política, por
jemplo. Ahora bien, no todo el monte es
régano. A la dificultad para ganarse la vida
aciendo música se une una competencia
eroz en el sector “es la parte negativa de
ste mundo, la gran competencia que hay
ntre nosotros”.
lfonso Candelas se considera un tipo co-
riente, aunque también un privilegiado por
acer lo que realmente le gusta, y vivir de
llo “el músico siempre lo es por vocación”.
n su atalaya como profesor enseña e incul-
a “con la música aprendes a ser humilde
or lo grande que es”. Emocionarse con ella
s bastante común, como a él le sucedió en
u examen final de carrera “toqué el con-
ierto para violín de la novena sinfonía de
eethoven y me quedo con ese momento”.
in embargo, nada como el calor del públi-
o “a mis alumnos les digo que aprendan a
alorar los aplausos”. No hay mayor recom-
ensa inmaterial para un artista. *
tos musicales un día sí y otro también.
Aquí quedan las escuelas de música y
algunos conservatorios, donde la crisis
ha terminado de poner la puntilla “la
música está mal con crisis o sin crisis; es
un problema de falta de tradición”.
Precisamente las escuelas municipales
de música han sido un caldo de cultivo
perfecto para picar el cebo en el anzuelo
de los recortes. En algunas poblaciones
incluso han desaparecido del mapa.
Alfonso Candelas no repara en críti-
cas cuando habla sobre este particular
y se muestra especialmente beligerante
“es intolerable, la música debería ser
obligatoria para expresar lo que con
palabras no se puede expresar”. En su
opinión, es un arte que inspira valores
y que, por supuesto, no debe ser elitista,
sino todo lo contrario. Es más, sostiene
con claridad que “la música soluciona
problemas”, de modo que apostar por
ella desde el punto de vista educativo
debe ser algo innegociable.
No falta quien sostiene que hacer mú-
sica resulta caro. Estamos de acuerdo en
que no todo el mundo puede comprarse
un piano, desde luego. Pero el pianista
solanero cree que sostener algo así es
una argumentación bastante simplista,
y además falsa “un coche también es
caro y todo el mundo tiene uno, o más
de uno”. Como en todas las cosas de la
vida, casi siempre existen alternativas, si
se buscan. Al final, se trata de priorizar
“un instrumento musical es una inver-
sión como otra”. *
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