Gaceta de La Solana
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Colaboraciones
ción de Aberturas y Corralrubio del Ja-
balón, mientras que más alejada de la
frontera, Daimiel se va extendiendo, al
tiempo que desaparecen Barajas y la ya
citada Moratalaz.
La Orden de Santiago se estableció
en Uclés en 1174, y el rey Alfonso VIII
le concedió el derecho de conquista del
Campo de Montiel a través del maestre
Fernando Díaz, indicando “que hiciese
guerra en el Campo de Montiel a los Mo-
ros, dándole dicha conquista por ser el
territorio tan vecino a Uclés, y tierra de
Ocaña”. Desde 1213, tras las Navas de
Tolosa, se fue apoderando de las forta-
lezas y poblaciones existentes en dicho
territorio: Eznavexore, Alhambra, Alcu-
billas, Salidiello, hasta culminar con la
toma del castillo de Montiel, que resistió
hasta 1228.
El Campo de Montiel, ya contaba con
una infraestructura procedente de épo-
ca islámica, sobre la que se estructuró
el territorio santiaguista en la ocupación
cristiana. El maestre Pelay Pérez Correa
para facilitar su colonización y pobla-
ción, concedió el fuero de Cuenca en
1243 a Alhambra y Montiel, con amplios
beneficios para los nuevos pobladores.
Al independizarse las aldeas de estas
dos poblaciones, adquirían por derecho
el mismo fuero, que se fue extendiendo
por todo el Campo.
A la vez que muchos de los primeros
enclaves del Campo de Montiel acaba-
ron despoblados (Jamila, Peñaflor, Odes,
El Finojo, Fuente la Higuera, Cernina,…),
o se convirtieron en minúsculas aldeas
(Cañamares, Torres), surgieron otros a
partir de mediados del siglo XIII, como
Torrenueva que sirvió de contrapunto a
las poblaciones calatravas de Valdepe-
ñas y Santa Cruz de Mudela, y La Solana,
que se asentó ocupando el amplio vacío
existente entre Membrilla y Alhambra.
Membrilla se extendió hacia el sur,
mientras que Alhambra no contaba con
la población suficiente para atender y
cultivar su amplio territorio, lo que se
agravó al ser castigada por varias epi-
demias. Ello favoreció que la pequeña
aldea de La Solana, surgida en la segun-
da mitad del siglo XIII fuera creciendo.
Situada sobre una colina, lo que favore-
cía su defensa y el control del territorio
adyacente, tuvo a su favor dos factores
económicos: uno que contaba con tie-
rras llanas y fértiles al oeste y al sur, lo
que le aseguró una amplia producción
agrícola, mientras que en el norte y este
disponía de zonas favorables para la
labor ganadera, con terrenos algo más
montuosos.
Estos factores, al igual que sucedió en
las poblaciones calatravas que surgie-
ron al calor de la frontera, provocaron
que su fuerte expansión y crecimien-
to, desembocara en su independencia
como villa. El villazgo lo conseguiría
entre 1468, cuando es descrita en la
visita de dicho año como “lugar”, y la
década siguiente en la que ya aparece
citada como villa en dos documentos,
uno de 1477 en la que se le concede el
derecho de construir hornos privados, si
el comendador no aumentaba el único
horno de la villa, y el otro del 18 de ene-
ro de 1478, cuando el representante del
maestre Alonso de Cárdenas, Ruy Díaz,
gobernador de la provincia de Castilla,
tomó posesión de las encomiendas del
Campo de Montiel en su nombre.
Carlos Fernández-Pacheco
Sánchez-Gil
Limites de las Órdenes de Santiago y Calatrava, en el acuerdo de 1239