Gaceta de La Solana
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Reportaje
Inma presume de su pueblo. ‘Siempre digo que no conozco otro con más ambiente’
Inma Serrano, la solanera que arrasa en
YouTube
Un vídeo sobre maquillaje navideño subido
a la plataforma digital encendió la espita. A
día de hoy, esta joven solanera navega en
su océano de grabaciones y tiene cientos
de miles de seguidores. La buena acogida
que le han brindado los adeptos a las
redes sociales la ha catapultado al éxito,
incluso fuera de nuestro país. GACETA ha
hablado con ella.
G
abriel
J
aime
A
Little too Often
es una expresión
de adverbios sin sentido que en
español significa ‘un poquito
demasiado a menudo’. Es el nombre del
canal de vídeos que ha llevado a Inma-
culada Serrano García (La Solana, 1989)
a la fama. El título lo tomó de un poema
después de comprobar que otros apodos
(que también le gustaban) ya estaban
usados, y que su propio nombre y ape-
llido coincidían con los de una cantante.
Parece que el destino ha querido que ese
alias tenga ahora algo de lógica, pues lo
que comenzó como ‘un poquito’, se ha
convertido en un trabajo que esta joven
solanera realiza ‘demasiado a menudo’. Y
a un ritmo frenético.
Gracias a YouTube, la célebre plata-
forma de Internet que permite a quien
lo desee subir vídeos sobre sus hobbies,
temas que le interesan, o cualquier otra
cosa que se le ocurra, ha permitido a
muchas personas anónimas darse a co-
nocer. Algunos, por ser buenos en de-
terminados campos, otros por ser sim-
páticos, tener chispa o simplemente caer
bien. Se les conoce como
youtubers o
influencers
(personas que influyen). En
el caso de Inma Serrano, miles de per-
sonas siguen sus consejos sobre belleza,
estilo de vida y decoración. Sin embargo,
reconoce que el término
influencer
no le
gusta: “Intento ser como una amiga más
para quienes me ven, lo más cercana po-
sible y mostrándome siempre tal y como
soy”, declara a GACETA.
845.000 seguidores por todo
el mundo
Graduada en Magisterio, siempre ha-
bía sentido inquietud por el mundo del
maquillaje y la moda. Seguía numerosos
canales de esa temática, y tras ver cómo
sus creadores ascendían y YouTube pa-
saba a convertirse en un trabajo para
ellos, vio una oportunidad de negocio en
un ámbito en el que creía tener algo que
aportar. Así que se hizo de una cámara
digital y se lanzó. De eso hace tres años
y medio. Ahora, el número de suscripto-
res con los que cuenta ronda los 845.000,
en un canal con 280 vídeos subidos, a un
ritmo medio de dos por semana.
Su carta de presentación fueron los tu-
toriales, término que en YouTube se uti-
liza para designar a un vídeo que enseña
a otras personas cómo hacer algo. Des-
pués de colgar el primero, el crecimiento
ha sido imparable. “Una de las ventajas
de vivir en un pueblo es que muchas
personas pasaron el vídeo a sus amigos
