Gaceta de La Solana
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Nuestra historia
Cultos especiales a la Virgen de Peñarroya (II)
P
aulino
S
ánchez
D
elgado
(Cronista Oficial de la Villa)
E
l año 1954 fue muy especial en
las devociones marianas solane-
ras. Por un lado, por la acción de
gracias ante lo que pudo ser un día de
luto en la localidad tras el hundimien-
to de la techumbre del Cine Cervantes.
Por otro, con motivo de la celebración
del año Mariano.
En la noche del 14 de febrero de 1954,
poco después de finalizar la función de
la noche en el Cine Cervantes, con la
película “Un paso en faso”, se hundió la
techumbre del local. De haberse hundi-
do un poco antes, hubiera supuesto una
enorme tragedia con el público dentro.
Romería porque no hubo tragedia
El pueblo de La Solana quiso agrade-
cer a la Virgen que sólo se produjeran
daños materiales organizando una ro-
mería hasta el Castillo, donde se encon-
traba la imagen. En la prensa provincial
se aludía así a esta manifestación:
“Para
postrarse ante la Virgen de Peñarroya, en
acción de gracias por no haber ocurrido
desgracias en el reciente hundimiento del
Cine Cervantes, marcharon el pasado
domingo al Castillo del mismo nombre,
distante 30 kilómetros, un buen número
de devotos”.
(Lanza, jueves 25 de marzo
de 1954).
Además de esa información del co-
rresponsal Severino Fresno, la jorna-
da aparece reflejada en la crónica de
otro periodista local, Miguel García de
Mora, titulada “En Peñarroya”, y en la
que señalaba:
“…Fue una romería moto-
rizada: todos los coches, camiones, “pa-
vas” y motos del pueblo transportaron a
cuatrocientas personas al Castillo-San-
tuario de Peñarroya. En la capilla se
rezó una misa y el párroco solanero, don
Manuel Valls, enfermo y casi sin fuerzas,
pronunció la plática más emocionada
que jamás le hemos oído. Fue una plega-
ria ardiente de amor, gratitud y fe para
la Señora de Peñarroya, augusta Patrona
de esta villa. El motivo bien merecía todo
el esfuerzo del sacerdote, quizás, como
nunca, tradujo con sus frases lo que em-
bargaba nuestros espíritus. A la tarde, el
Santo Rosario, cantado por la totalidad
de los romeros (incluso, de nuevo esos
indiferentes; era realmente unánime el
sentimiento. Misterios de la ocasión, del
lugar, del peligro que no se convirtió en
tragedia, de lo que es espontáneo, etc
.).”
(Lanza, lunes 29 de marzo de 1954).
Año Mariano
Antes de concluir el año 1954 se orga-
nizaron diversos actos con motivo de la
clausura del Año Mariano. Nuevamen-
te acudimos a la prensa para conocer
su desarrollo:
“Todas las disposiciones
eclesiásticas encaminadas al mayor es-
plendor de la clausura del Año Mariano
y otras de índole local complementarias
de aquellas, han motivado fuera el día de
la Inmaculada de continuo fervor reli-
gioso. La Iglesia aparecía adornada con
grandes galas y un sin fin de plantas y
banderas rodeaban las nueve imágenes
de la Virgen que debían salir en la pro-
cesión de la tarde. La misa de media no-
che se vio concurrida y en las de la ma-
ñana la asistencia fue extraordinaria,
abundando las numerosas comuniones y
destacando la nota simpática de que, al
final de ellas, se repartiera una estampa
como recuerdo, que lleva fotografiado el
hermoso templo con su esbelta torre y
en silueta la Virgen de Peñarroya, cuya
cofradía, parece ser, costea los costes de
su impresión. Por la tarde, a primera
hora, finalizó el novenario que las Hijas
de María dedican a la Inmaculada, este
año más solemne y con un coro de voces
escogidas en número de 30 piadosas mu-
chachas que matizan los más delicados
motetes.
A continuación, con un tiempo frío y
desangelado, tuvo lugar la gran proce-
sión, que preside revestido de capa don
José Rodado y a continuación las autori-
dades civiles con su alcalde señor Caste-
llanos y señor Juez, comandante de pues-
to, etc. Toda la carrera lucía hermosas
colgaduras e independiente de las largas
filas integrantes de la procesión, se sumó
mucho público al paso del desfile, para
entrar después en la Iglesia y oír la elo-
cuente palabra del coadjutor don Edistio
Sancho, cuya disertación de gran fondo
histórico y elegante forma, nos confirmó
la excelente preparación que en él presu-
míamos.
Como final la bendición con el Santí-
simo y Salve Popular, en la que cada fiel
prendía una súplica y el deseo de que a
La Solana la dispense especial protec-
ción.”
(Lanza, sábado 11 de diciembre
de 1954). *
(CONTINUARÁ)
Castillo Peñarroya vista aérea.
