Gaceta de la Solana Nº 243 - page 50

Gaceta de La Solana
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Nuestra historia
C
omo la cercanía entre La Solana
y Alhambra es evidente, y la his-
toria sostiene largas e inequívo-
cas presencias y dependencias de nues-
tro pueblo con respecto al largo devenir
del alhambreño vecino, me he procura-
do el amparo del bien guarnecido para-
guas histórico de Laminium/Alhambra
para explicar algunos apuntes que se
desprenden de la interrelación entre las
dos localidades. Amparo al que forzo-
samente se suma la opacidad y desolada
orfandad de datos históricos que sobre
La Solana puso al descubierto Escudero
Buendía en su bien documentada obra
“Orígenes de la Villa”.
Aunque fue la medieval Alhambra
fuerte bastión militar al oeste del Cam-
po de Montiel, importante paso pe-
cuario de la Cañada Real Conquense
-¿heredera de la cañada Beviana/Be-
riana o de los Berones?-, y crucial en-
tramado de los haces camineros entre
la meseta castellana y Al Ándalus, no
alcanza en este crítico periodo, ni de le-
jos, el fasto y notoriedad del que gozó
la enigmática Laminium en la edad an-
tigua. Por su importancia para nuestra
infra historia procedo, someramente, a
explicarlo.
Contó Laminium (Alhambra) como
parte de su atribulada historia, en tiem-
pos del emperador Antonino Severo
-211 a 217 d.C-, con el paso de ¡tres!
de los 34 itinerarios oficiales en que se
reconoció y condujo la caminería de
toda la Hispania romana. La importan-
te vigencia del enclave vecino trascendió
desde la Edad Antigua a la Edad Media,
llegando hasta el Renacimiento, con-
virtiéndose en uno de los gérmenes ge-
neradores de los itinerarios, caminos y
carreteras de España.
Recogían los Itinerarios de Antonino
hispanos una detallada compilación de
las “mansios” para el pernoctar seguro
de los viajeros y su impedimenta, y el
añadido de las distancias que separa-
ban a éstas entre sí expresado en millas
romanas (una milla = 1.480 metros).
Puesto que las jornadas camineras a pie
en nuestra llanura alcanzaban al menos
las treinta millas diarias (45 km), se dis-
ponía de unas necesarias y reparadoras
casas de posta o “mutatio” donde poder
calentarse, refrescarse, comer o guare-
cerse durante el tránsito entre las mejor
provistas de los itinerarios. Disponían
éstas, además, de la posibilidad de al-
quilar, cambiar, herrar o dar pienso a
las caballerías en el “stabulum”, y se les
exigía por parte del “curator viae”, que
las susodichas “mutatio” estuvieran
intercaladas cada 10 millas romanas
(unos 15 Km); estando –preferible-
mente- situadas en altos, visibles y bien
venteados lugares, con algún manantial,
pozo o fuente de agua dulce, sin charcas
ni cenagales y con escorrentías o alivia-
deros naturales. Se las dotaba de caserío
para dar cobijo a los transeúntes y de
una modesta torre vigía para el control
remoto del tránsito, amén de una senci-
lla “caupona” o “taberna” donde poder
ofrecer al caminante algún trago o re-
parador bocado.
Como quiera que alguna de estas “mu-
tatios” estaba, además, incardinada en
algún oportuno cruce viario provocado
bien por los accidentes geográficos, o
por el paso de vías pecuarias, o también
por los atajos que acortaban en distan-
cia y tiempo las jornadas camineras, se
les concedía el beneficio oficial tanto del
aumento de la relevancia de estas “mu-
tatio” como de la dignidad de su presen-
cia registrada en los itinerarios, ya fuese
en las cercanas “Viae vicinalis” y fuera
del registro pretorial romano, como en
de las consignadas “Viae Publicae” ofi-
ciales. Es de suponer que a estas horas
ya habéis adivinado que, a través de la
infra historia, hablo del origen romano
y remoto de La Solana.
Situada a 10 millas romanas (15 km)
al Oeste –hacia Emérita- de Laminium
(Alhambra); en un otero vigilante, alto
y bien venteado; con un pozo o fuente
que muchos años después daría nom-
bre a la villa, y con unas generosísimas
escorrentías pluviales que alejaban la
amenaza de enfermedades y pestilen-
cias, la “mutatio” que originó el encla-
ve solanero se benefició de la trama del
cruce entre las vías provenientes de To-
letum, por Consaburam (Consuegra),
y Moroin (Villarta) pasando por aquí
hacia el puerto del Cristo del Valle, y
desde allí alcanzando Sálika (Alcubi-
llas) para después dirigirse hacia el Sur
–Cózar y Torre de Juan Abad- por los
ásperos puertos mariánicos –Muradal
y del Rey- y el “Saltus Castulonensis”
o de Montizón. Añadamos la vía rápi-
Apuntes sobre el origen romano de La Solana
La Solana pudo ser ya importante enclave de paso en la época romana.
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