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Gaceta de La Solana

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Reportaje

A

urelio

M

aroto

L

ejano en el tiempo queda el otoño

de 1986. Aquel día llovía y hacía

frío en la calle, casi tanto como

en el aula con aire colegial donde entró

por primera vez. Era octubre. “Me que-

dé pasmado, porque había cuatro sillas,

una estufa de butano que no funcionaba

y un frío que pelaba”. Junto a eso, nada.

Ni material de pintura, ni caballetes.

Sólo el paso del tiempo dotó aquella

habitación del mínimo imprescindible

para enseñar pintura.

Teo Serna (Manzanares, 1954) es un

camaleón del arte. Como pintor lle-

va a cuestas más de 80 exposiciones.

También es poeta, hace música elec-

troacústica y transmite algo, o bastan-

te, de bohemio. También tiene genio, a

veces mal genio, y no lo oculta. “Pue-

de que sea un poco raro”, admite. Y

detrás de todo, emerge el Teo crítico,

incluso ácido. Su blog ‘teoserna.blogs-

pot.com’ es un rincón libre trufado de

artículos que buscan cualquier cosa

excepto el aplauso facilón.

Llegó hace treinta años a la Universi-

dad Popular de La Solana. Una joven

UP tan plena de ilusión como huér-

fana de medios. El joven pintor ya

había expuesto en diciembre de 1980

en el Palacio Don Diego, por enton-

ces una hospedería privada. Seis años

después, mientras daba clases en el

Centro Social Polivalente de su muni-

cipio natal y delineaba carreteras para

Dragados y Construcciones, se enteró

de que la UP de La Solana necesitaba

un profe de pintura. Llamó y… trato

hecho. Amalia y Francisca María, tan-

to monta, le abrieron las puertas de la

vieja ‘Casa de Cultura’. “Al principio

venía en autobús y juntaba los tiques

para que me pagaran el desplazamien-

to al final de curso”.

Un perfil en evolución

Se encontró con alumnos acostum-

brados a calcar dibujos, una abe-

rración para cualquier pintor que se

precie. Teo dio un giro radical entre

un alumnado engrosado por jóvenes

mujeres de la confección, menores de

30 años y con un nivel cultural bási-

co. Siempre en un contexto de poé-

tica humildad. “En nuestra primera

exposición montamos los dibujos en

cartones que se doblaban por el calor”.

Ese perfil de alumno se ha modelado.

“Poco a poco llegó gente de más edad

y alumnos con más formación cultu-

ral”. Incluso ha ayudado a varios estu-

diantes de Bellas Artes.

Ahora proliferan aprendices parados

y bastante jóvenes, junto a amas de

casa que ven en la UP una oportunidad

para fomentar sus relaciones sociales.

“Aquí viene desde el que se aburre en

casa hasta el que ha tenido depresión

y encuentra una terapia”. Algunos lle-

garon sin gustarles nada la pintura y

acabaron enganchándose. Otros dura-

ron un santiamén. El récord lo tiene un

alumno que estuvo una hora. “Se fue

a buscar un lápiz y no volvió, segura-

mente se asustó” (risas).

Enseña a pintar, a dibujar, pero su vi-

sión de la pedagogía va más allá. “En-

seño a apreciar el arte”, le gusta decir.

Luego está la técnica y/o el talento

natural. Siempre hay un aprendizaje

y gente con duende o sin él. “Los hay

El francotirador del arte

Teo Serna cumple 30 años como monitor de pintura de la UP. GACETA ha

querido conocer más sobre el artista y el hombre detrás.

Teo Serna en su taller de pintura

negados para el dibujo como yo para

correr los cien metros”. Y también los

hay con un don para crear. “Nunca

serás creador si no has nacido para

serlo”. En esa enseñanza artística, al

gusto por el qué incluye el gusto por

el cómo. “Animo a mis alumnos a ver

exposiciones, a leer, y por supuesto a

no comprar nunca una lámina en un

bazar chino”. También se aprende mi-

rando mucho y teniendo curiosidad.

“El artista se tiene que cultivar, de lo

contrario te mueres”.

Interés por aprende

y humildad

Teo valora muchas cosas en sus

alumnos, pero fundamentalmente su

afán por aprender y la humildad. No

falta el típico jactancioso que irrumpe

con aires de vanidad. “Llegan dicien-

do que saben pintar y quieren saltarse

los prolegómenos. Les doy un modelo

y en seguida veo si saben o no”. Nor-

malmente es no. El aprendiz baja de

un plumazo a la realidad.

Los alumnos suelen adaptarse a él,

no al contrario. Admite ser un poco

maniático en este sentido, por ejemplo

con la música clásica, una constante en