Gaceta de La Solana
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Colaboraciones
¿Es necesario el Parque Empresarial?
Vista aérea del parque empresarial.
E
l Parque Empresarial de La So-
lana es necesario. Cada día que
pasa se hace más que el prece-
dente. Es necesario porque necesitamos
suelo industrial público a precio asequi-
ble, que no tenemos.
Es necesario porque varias empresas
llevan meses esperando a que se des-
bloquee este asunto para llevar a cabo
ampliaciones que generarán nuevos
empleos. Y también porque en la confi-
guración de nuestro modelo de pueblo
hay que disponer de un espacio para
ubicar a las industrias y los proyectos
agrícolas, antes de que la dispersión
haga insostenible la habitabilidad.
El proyecto del Parque Empresarial se
inicia en el año 2006, en un contexto eco-
nómico de bonanza que parecía que nun-
ca iba a terminar. En el debate político
sobre el posicionamiento de los distintos
grupos representados en el Ayuntamien-
to, respeto el voto de cada uno de los gru-
pos, como no puede ser de otra manera.
El Grupo Socialista y el de Izquierda
Unida de entonces entendían que el
Parque Empresarial era un proyecto es-
tratégico y necesario para La Solana. En
el transcurso de un plan de esta enver-
gadura surgieron múltiples problemas
que hubo que ir solucionando.
La discusión con los propietarios de los
terrenos siempre es complicada. Cada
cual defiende lo suyo e intenta obtener
el mejor precio. Algo lógico. Por circuns-
tancias que no conozco y se escapan a
este alcalde, no fue posible llegar a acuer-
do con varios de esos propietarios. Les
recuerdo que el precio lo estableció un
organismo que existe a nivel autonómico
y que se llama Jurado Regional de Valo-
raciones. El Ayuntamiento en Pleno sim-
plemente se adhirió al precio establecido
por el citado organismo.
Contra este acuerdo, varios vecinos
con los cuales no se llegó a concierto y
a quienes se les expropiaron los terre-
nos, recurrieron judicialmente. Esta es
la bondad de nuestro Estado de Dere-
cho. Cualquier persona puede defender
legítimamente sus intereses.
A partir de aquí, considero que la ciu-
dadanía ya conoce la situación. Des-
pués de 6 años de litigio, en diciembre
de 2014 llegaron al Ayuntamiento las
sentencias del Tribunal Superior de
Justicia de Castilla La Mancha, que nos
imponen unas cantidades muy superio-
res al precio del metro cuadrado en sue-
lo rústico (todos sabemos cuánto cuesta
un metro cuadrado en suelo rústico).
Son sentencias que no es sencillo re-
currir en Casación al no existir juris-
prudencia contrastada por un cambio
legal que se produce en el año 2005. Y
aquí estamos, discutiendo lo indiscuti-
ble (las sentencias hay que cumplirlas)
en lugar de intentar buscar soluciones.
Eso es precisamente lo que está ha-
ciendo este alcalde, intentar llegar a
acuerdos con estos vecinos para que el
cumplimiento de las sentencias afecte
lo menos posible al funcionamiento de
nuestro Ayuntamiento y al manteni-
miento de los servicios de los que dis-
frutamos, sobre todo ahora que hemos
enderezado el rumbo.
Buscar culpables de por qué estamos
aquí es muy complejo y no conduce a
ningún sitio. Honestamente, no creo
que haya ningún culpable de un pro-
yecto muy complicado, que afecta a
muchos vecinos y al que pilló de lleno
la crisis en mitad de su ejecución. Por
cierto, la administración encargada de
ejecutarlo es la Junta de Comunidades
de Castilla La Mancha, con quienes se
firmó un convenio de colaboración y
a quienes cedimos los terrenos y enco-
mendamos su urbanización.
El Gobierno Regional no sólo ha
hecho dejación de funciones en esta
legislatura, sino que no nos ha per-
mitido seguir con la obra a nosotros,
toda vez que no ha querido firmar el
acuerdo al que llegó a este alcalde con
el viceconsejero cesado, Luis Quez, en
el año 2013 (varios funcionarios que
me acompañan a las reuniones pueden
dar fe de ello).
Soy incansable negociador cuando
está en juego el interés de La Solana.
Llevo desde septiembre del año pasado
intentando desbloquear este asunto con
el Gobierno Regional. Sin embargo, no
hemos recibido ni una sola llamada a las
solicitudes de reunión que he solicita-
do, por carta certificada y con acuse de
recibo, por supuesto. Pero continuaré
insistiendo, que a nadie le quepa duda.
Lo que todos los ciudadanos han de
saber es que ese millón de metros cua-
drados es patrimonio de los solaneros
y las solaneras, que son del pueblo,
que tienen un valor muy importante y
que urge comenzar a vender parcelas
a vender parcelas y a urbanizar metros
cuanto antes. Las empresas nos lo están
pidiendo con urgencia porque lo nece-
sitan. De ello depende nuestro furuto.*
L
uis
D
íaz
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acho
C
ampillo
Alcalde de La Solana