GACETA DE LA SOLANA Nº275

Gaceta de La Solana 54 Colaboraciones A ngelina S errano de la C ruz P einado F ue alumno de las escuelas del Convento o Sagrado Corazón entre finales del siglo XIX y los inicios del XX, pintor y escritor, además de maestro de enseñanzas artísticas en Madrid, Cuba y México. Gabriel García Maroto (La Solana 1889 – México 1969) fue hijo de una cono- cida familia solanera. Sus padres eran Marceliano García Catalán López de la Vieja y Alejandra Maroto Peinado, y sus hermanos, Francisco, Cristobalina y Santiago. Su trayectoria artística y literaria es de las más importantes en la vanguardia artística y literaria espa- ñola en la década de 1920. A él se de- ben muchas iniciativas de renovación del arte español, como la propuesta de una exposición en Madrid que reuniera a los artistas más innovadores y van- guardistas (que se concretó en la Ex- posición de Artistas Ib ricos de 1925) o la iniciativa de crear una Barraca del Arte (propuesta que realiza en su libro La nueva Espa a. 1930 ) con la misma función (de acercamiento del arte y el teatro a pequeñas poblaciones) que tuvo después La Barraca de Federico García Lorca. Fue pintor, dibujante, grabador, poeta, ensayista, crítico lite- rario y artístico, ilustrador de libros y educador. Fue a la escuela primaria de su barrio, las escuelas del Convento, un edifi- cio ruinoso donde hacía ya cincuenta años que la escuela se había instala- do provisionalmente. Había un único maestro, D. José, que se encargaba de enseñar a niños de todas las eda- des. Pronto se convirtió en un alum- no aventajado, pero tuvo que dejar la escuela para ayudar en las tareas del campo, en las pequeñas posesiones de sus padres, o en otros oficios (en un molino de aceite, aprendiz de carrete- ro o como aprendiz de carpintero). Son años en los que se formará su carácter duro y sobrio (será por ello, que a fi- nales de los años 20, fue apodado por Ernesto Giménez Caballero como “el sílex”). Mientras tanto, sus padres han comprado una casa en la calle Roda- Gabriel García Maroto, la fuerza de un educador Gabriel García Maroto do y allí su madre pondrá una tienda que será, desde entonces, la actividad principal de la familia durante muchos años. Vivió en primera persona el discurso que dio Joaquín Costa en nuestra Plaza Mayor en 1904 “en defensa del Legado Bustillo para el pueblo de La Solana”. Gabriel reconoció siempre la influen- cia que este abogado regeneracionis- ta tuvo en él, fomentando su fuerte ideología social y colectiva. Entre este año y 1908 comienza a iniciarse en la pintura y el dibujo, su gran afición. En nuestra localidad monta un pequeño estudio donde hace óleos y retratos a lápiz como el de Ramón García Catalán o María Dolores Morales Prieto. Poco a poco su objetivo será dedicarse a la pintura y a la escritura. Se inicia en el taller ciudarrealeño de Ángel Andrade y se traslada a Madrid donde empie- za a escribir a la vez que sigue con su aprendizaje en la Escuela Especial de Pintura. Posteriormente, comenzará su andadu- ra por diferentes lugares, Italia, Barce- lona y Salamanca. Conoce a Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset, Ma- nuel de Falla y a Federico García Lorca, convirtiéndose en el editor del primer libro de este último ( Libro de Poemas -1921-). Fue publicado en la imprenta que Gabriel regentaba conjuntamente con su hermano Santiago en Madrid (Imprenta Maroto). Ambos se conocie- ron a través de Juan Ramón Jiménez, quizá en la Residencia de Estudiantes durante el curso 1919-1920. El pintor uruguayo Rafael Barradas realizó un retrato de ambos. El solanero realizará numerosas pu- blicaciones, numerosos grabados y

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