Gaceta de La Solana
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María Jesús Romero durante su pregón.
Participación dentro y fuera de las procesiones.
A
urelio
M
aroto
C
ontentas no, contentísimas. Así
terminaron las hermandades
de Pasión. La Semana Santa
fue sencillamente perfecta, o casi, de
acuerdo con la opinión de los presi-
dentes. Tres razones lo explican. Una,
el buen orden en los desfiles princi-
pales. Dos, la masiva participación de
gente dentro y fuera de las procesio-
nes. Y tres, el tiempo. La bonanza del
clima hizo todo más fácil.
La Vera Cruz inauguró las procesiones
de nazarenos la noche del Jueves Santo.
Es el desfile con más pasos, seis, lo que
amplía la dificultad. La presidenta de la
hermandad, Miguela Martínez, destacó
los nuevos varales de la carroza de la Es-
peranza. “Ni punto de comparación con
lo anterior”. Pero admitió que salieron
menos nazarenos de verde.
La procesión de Jesús Rescatado fue es-
pecial. Muchos se sorprendieron al ver a la
banda ataviada con túnicasmoradas. Ren-
dían homenaje a los once músicos que,
hace 50 años, salieron por primera vez
tocando junto al nazareno. El presidente
de la cofradía, Antonio Mateos-Aparicio,
no ocultó su orgullo. “He visto lágrimas de
emoción”. Además, la procesión presentó
al Niño Jesús restaurado.
Por la noche salió el desfile del Santo En-
tierro. La hermandad de las Angustias no
presentó novedades; tan sólo la recoloca-
ción de la corona de la virgen. La presiden-
ta de la cofradía, Paloma Reinoso, cree que
el desfile salió “fenomenal”. El objetivo es
empezar a construir el guardapasos, atas-
cado en trámites administrativos.
En esa procesión, el Santo Sepulcro sí
presentó novedades. Por ejemplo, nue-
va carroza del paso del Calvario, nue-
vas faldas del Entierro y una remozada
imagen de la Soledad. El vicepresidente
de la cofradía, Miguel Valencia, que sus-
tituyó al presidente por viaje, también
acabó plenamente satisfecho. “Todas las
novedades han gustado mucho”.*
“El momento
más importante”
G
abriel
J
aime
Una mezcolanza de acontecimientos pasio-
nales y vivencias personales en torno a es-
tos días. Así presentó María Jesús Romero
de Ávila Torrijos su pregón de Semana San-
ta, que ella misma definió como “el tiempo
más importante para los cristianos y para
el crecimiento de su vida espiritual”. Ma-
ría Jesús fue la novena mujer en pregonar
nuestra Semana de Pasión. Leyó con pasión
-nunca mejor dicho- y se emocionó en va-
rias ocasiones, sobre todo cuando habló de
sus padres “por haberme transmitido la fe
católica”.
El acto concluyó con un conjunto instrumen-
tal de la Escuela Municipal de Música y Dan-
za, que interpretó varias marchas procesio-
nales dirigidas por Ángel Sancho Moraga.
Una Semana Santa casi perfecta