Gaceta de La Solana
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Ha sido noticia
Adiós a Hinda, Jadi, Fátima y Alí
P
aulino
S
ánchez
S
ólo 4 niños saharauis fueron
acogidos este verano por familias
solaneras. Pocos si tenemos en
cuenta que hace años eran más de una
docena. Son pequeños que malviven
en los campamentos de refugiados de
Tinduf, en el desierto argelino, y que
se benefician del programa “Vacacio-
nes en Paz”, que patrocina la Diputa-
ción Provincial. Hinda, Jadi, Fátima y
Alí pasaron sus particulares vacacio-
nes en un mundo completamente des-
conocido para ellos, donde cualquier
parecido con la realidad en torno a sus
jaimas (tiendas de campaña donde ha-
bitan) es pura coincidencia.
Vinieron a La Solana gracias a este
programa y a la solidaridad de cuatro
familias. Tras vivir en unas condiciones
de salubridad y alimentación que debe-
rían ser iguales para todos los niños del
mundo, no tuvieron más remedio que
regresar a su realidad. El Ayuntamien-
to les dedicó una despedida oficial el
1 de septiembre pasado. En el salón
de plenos, el alcalde lamentó la caída
de familias de acogida, “en España se
reciben ahora los mismos niños que
hace poco acogían sólo en Andalucía”.
Luis Díaz-Cacho se mostró orgulloso
de las familias solaneras que este año
han apostado por acoger un niño sa-
haraui.*
Suerte, muchachos
No por común en los últimos años deja de
ser llamativo cómo los niños saharauis se
sorprenden con cualquier cosa. Un grifo
echando agua, un frigorífico enfriando, una
farola luciendo… Muchas sensaciones en
poco tiempo. Naturalmente, se lo pasaron
en grande en el verano solanero. La palma
se la llevaron la feria de julio, así como las
piscinas y la playa los que han podido vi-
sitarla. Ellos mismos lo contaron durante la
despedida. Ignoramos qué futuro les espera
a Hinda, Alí, Fátima y Jadi. Desgraciadamen-
te, sólo podemos desearles suerte.
El Ayuntamiento despidió a los niños saharauis.
“En África, el hambre mata mucho más que el ébola”
P
aulino
S
ánchez
E
l padre Domingo Jiménez, misio-
nero Javeriano durante 32 años
en Sierra Leona, lo tiene claro:
“en África, el hambre mata a muchas
más personas que el ébola”. En otra visi-
ta a la redacción de GACETA, rememo-
ró nuevamente su aventura en el con-
tinente negro, donde ha pasado media
vida. Tuvo que volver hace cuatro años
por razones de salud y agotamiento,
aunque muy a su pesar. Continúa sin-
tiendo lo que es y será el resto de sus
días, “allá donde estoy sigo siendo un
misionero”.
A propósito del temido virus del ébo-
la en África, afirma que mucha gente le
llama y le habla de la enfermedad, que
ahora es motivo de noticia continua. El
padre Domingo afirma que allí se nota
más por una razón muy sencilla, “falta
de todo en sanidad”. Pero es optimista,
“creo que acabará pasando”. Lo que no
cesará –vaticina con tristeza- es el otro
ébola de siempre: el hambre. Cuando
aquí pregunta a los niños de los colegios
cuántas veces comen al día, suelen res-
ponder con la mano abierta. “En África,
los adultos se conforman con una taza
de arroz cocido con un poquito de salsa
picante; los niños tienen que confor-
marse con media taza”.
Se rebela cada vez que recuerda cómo
se esquilma la riqueza de países como
Sierra Leona, “tiene oro, carbón y otros
muchos minerales, pero son explotadas
por compañías extranjeras”. Además,
la sanidad no es gratuita como en Es-
paña, por lo que los misioneros tienen
que ayudar económicamente. “De otra
forma muchas personas no podrían cu-
rarse nunca”.*
El padre Domingo Jiménez en Radio Horizonte