Gaceta La Solana Nº245 - page 37

Gaceta de La Solana
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Cartas al director
Carta para Aurelio Maroto y Eduardo Martín-Albo
Para cortar el odio y la mentira hay que afilar
las hoces solaneras
Q
ue no se apague el
fuego de la fragua
donde se quema el
miedo y la soberbia, y que en
las frentes, negras y abrasan-
tes, vuelva a brillar un halo
de firmeza. Hay que cortar el
desamor de un tajo cuando el
martillo, ardiente, tintinea, y
que el dolor entone el miserere
mientras se viste el pecho de
inocencia. Que no haga nido
el luto en el acero cuando la
rabia inicie la cosecha.
Para cortar el odio y la men-
tira hay que afilar las hoces
solaneras.
¿Con qué candil desvenci-
jado y triste se iluminó la os-
cura callejuela donde ganaba
un cándido chiquillo pan y un
jornal de angustias y de penas?
¿Con qué farol de luz
madrugadora se le ganaba
tiempo a las estrellas?
En cada aurora recitaba un
hombre su padrenuestro pleno
de impaciencia.
Poned el horno del amor al
rojo y encajonad la tolva de
madera, a ver si se nos que-
ma la amargura de esta zozo-
bra atroz que nos aterra. En
el extremo cónico del yunque
machacaré mi torcho de triste-
za y entre las ascuas del carbón
más puro se abrasarán impú-
dicas blasfemias. No le melléis
el corte a la cizalla, que siga
así, potente y avarienta, cuan-
do en la tarde agosto se desga-
rre y un segador agite su ban-
dera. Hay que dentar al alba y
a destajo entre un volcán de
alígeras pavesas, y el corazón,
sumiso, que despierte y que se
sienta altivo, en pie de guerra.
Limpia un sudor de acíbar el
herrero, jura por Dios y cum-
ple sus promesas aunque se
vuelva amarga su saliva en
esta humilde y amorosa celda.
Multiplicad los recios ceba-
dales, acariciad la espiga más
esbelta, y que la mies más ru-
bia del estío caiga vencida en
abundante siega.
Que nadie dañe el tosco es-
pantapájaros que en el trigal
tirita entre cardenchas, cuan-
do un turbión de fieros sega-
dores alcen su ardor y su espe-
ranza muerta. Con las hoces,
de paz, de La Solana, no me
cortéis ni lirios y azucenas.*
Santiago Romero de Ávila
Hijo Predilecto de La Solana
Hay homenajes y HOMENAJES
D
esde mi visión parcial
y nada objetiva, opor-
tunismo, demagogia e
hipocresía definen conceptos
que pudieran estar tras el acto
homenaje que el Partido So-
cialista celebró el 11 de abril.
Oportunismo, porque creo
que si no hubiera elecciones
este acto no se hubiera cele-
brado; el 50 aniversario ya
pasó y nadie se acordó de los
ahora homenajeados. De-
magogia, porque apelar a la
memoria histórica, a los sen-
timientos y emociones de los
familiares, a las “víctimas” de
hechos pasados o a cualquier
otro colectivo políticamen-
te aprovechables o rentable,
va ligado a los políticos y a la
política. Hipocresía, porque
es lo que se produce cuando
alguien, persona o institución,
finge tener creencias u opinio-
nes contrarias a lo que mani-
fiesta con sus acciones. No hay
que olvidar que este partido
socialista solanero hace años
puso en práctica, y puede que
aún practique, “la política del
caramelo” y la elaboración de
“listas negras y blancas”. Esto
lleva aparejadas discrimina-
ciones positivas y negativas,
precisamente contra lo que
lucharon esas personas que
murieron hace setenta y cinco
años.
No se puede olvidar, aunque
se pretenda, que esos hombres
ahora homenajeados fueron
represaliados y “castigados”
por tener opiniones propias y
manifestarlas, y que este par-
tido socialista ha tomado, y
quizás aún lo haga, represalias
contra quienes opinan de for-
ma divergente. Hace setenta y
cinco años en España no había
un estado de derecho y 35 per-
sonas fueron ajusticiadas sin
juicio previo, y represaliadas
para que sirvieran de ejemplo
y escarmiento. Hoy, con un
estado de derecho contrario
a la pena de muerte, se repre-
salia a los “subversivos” que
disienten del que gobierna,
de una forma más sutil, más
sibilina e igualmente represo-
ra; eso sí, totalmente demo-
crática y ajustada a derecho.
Muchos solaneros saben de
lo que hablo.
Lo más decepcionante del
acto del 11 de abril es que en
ningún momento se aludió a
la República, no sé si por fal-
ta de convicción o de valor.
Precisamente la República y
unas buenas dosis de valor y
convicción para defenderla
eran señas de identidad de los
homenajeados.
Respeto sinceramente a las
personas que acudieron al
mencionado acto; yo no lo
hice porque creo con igual
sinceridad y convicción que
el mejor homenaje a una per-
sona es respetar sus ideas; y si
coinciden con las tuyas, con-
servarlas, amplificarlas, defen-
derlas, y llevarlas a la práctica,
sin hacer un uso personalista
o partidista de los ideales y
principios por los que dieron
la vida. Ese es el homenaje que
le gustaría a mí abuelo y que
yo le rindo desde esta Gaceta
y desde la calle Pilas 2, donde
estuvieron encerrados y salie-
ron para ser ejecutados algu-
nos de los que murieron un 18
de abril de 1939. Una de esas
personas era mi abuelo. Como
decía al principio: Hay home-
najes y “HOMENAJES”.*
Juan José Velacoracho
Briones
E
SOBREENTENDIDOS
n España hay un ex- con arreglo a su ideología y
ceso de sobreentendi- ejerce sus funciones sujeto a
dos. El hostelero so- la deuda contraída con quie-
breentiende que aunque mi nes lo eligieron. También se
consumición importe cinco sobreentiende que quienes
euros debe hacerme una nota militan en un partido polí-
por el valor de un menú de tico o sindicato deben tener
diez. El funcionario sobre- siempre una misma opinión.
entiende que no tiene que Y, finalmente, se sobreen-
comprar bolígrafos ni folios tiende que es inútil discrepar
para su uso particular por- individualmente sobre lo que
que hay más que suficientes colectiva pero indebidamente
en las dependencias munici- la sociedad sobreentiende.*
pales y puede usarlos como
y cuando le plazca. Todo el
Serafín Alcázar Cuesta
mundo sobreentiende que
Concejal del Partido
un alto magistrado es elegido
Popular
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