Gaceta de La Solana - Nº 242 - page 4

Gaceta de La Solana
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El Tema
A
urelio
M
aroto
La vendimia del año pasado fue histó-
rica por el alto precio de la uva. La úl-
tima también lo ha sido, aunque por la
gran cantidad de cosecha. Los precios,
desde luego, han sido mucho más bajos,
pero los kilos de fruto permiten decir
bien alto que hemos tenido la mayor
cosecha que se recuerda. Tal vez la ma-
yor de la historia. Tanto esa así que las
bodegas tuvieron serios problemas para
absorber toda la uva que les llegaba.
La lluvia llegó en el peor momento po-
sible, a mitad de campaña. Muchas cua-
drillas echaron el freno por obligación.
Otras, siguieron removiendo el agua en
las pámpanas para aprovechar el tiem-
po. El miedo a la pudrición estaba ahí,
aunque afortunadamente los aguaceros
no se prolongaron para afectar más de
la cuenta y el tajo se reanudó con pron-
titud. Hasta el veintitantos de octubre
hubo vendimiadores en el corte.
GACETA ha tenido la ocasión de ha-
blar con varias bodegas, y también con
algunos productores. Santiago Romero
de Ávila, propietario de Bodegas Rome-
ro de Ávila Salcedo, ya adelantó a finales
de septiembre que la cosecha sería un 40
por ciento mayor “podríamos pasar de
34,5 a 48 millones de hectolitros”. Veía
venir el problema, “las bodegas tendre-
mos de espacio de espacio para coger
toda la uva” –decía entonces-. Tanto su
bodega como la cooperativa Santa Ca-
talina cerraron varias veces por razones
logísticas. No es una cuestión de tecno-
logía, “tenemos las mejores bodegas de
Europa” –sostiene- sino de capacidad.
No descartaba que quedar uva sin sitio
donde meterla.
A pesar de que el fruto fue llegando
con una buena calidad a la báscula, tan-
ta cantidad provocó una caída sensible
del precio en tablilla. Si el año pasado
llegó a pagarse a 5,25 pesetas, este año
no superó las 3,10, y llegó a bajar de las
3 pesetas. También bajó el mosto, que
perdió precio cada día que pasaba.
Momentos críticos
Hubo momentos de críticos. “Cada
día que pasa es uva que se pierde”, nos
dijo José Díaz-Cano, veterano produc-
tor. Con ese desaliento vivieron los
agricultores solaneros la recta final de la
vendimia-2013.
A las prisas se unió el
miedo. Nuestros productores temieron
seriamente no poder colocar toda su
uva en las bodegas, incapaces de aglu-
tinar todo el mosto que les llegaba. Es
ahí donde surgió la gran pregunta: ¿se
quedaría uva sin coger?, ¿qué pasaría
entonces?. El nerviosismo en el gremio
fue un hecho y creció por momentos. Se
buscaban depósitos para echar mosto
donde fuera, incluso lejos de la provin-
cia. La pudrición llegaba y algunas uvas
comenzaron a fermentar incluso en el
mismo majuelo. Y todavía quedaba cor-
te, mucho corte por delante.
Nunca antes hubo tanta uva. José
Díaz-Cano habló de tres problemas
fundamentales para una campaña que
“comenzó tarde y con poco grado”. El
primero, el bajo precio, “tres pesetas
no se corresponde con las expectati-
vas de mercado; el precio justo hubiera
sido cuatro”. El segundo, que mediada
la vendimia comenzó a haber stock en
las bodegas, “veíamos que salían más
kilos de los previstos y comenzamos a
preocuparnos”. Y el tercer problema, y
el peor de todos, la brotytis, o sea, la
pudrición. “Tras las lluvias que hubo ya
no podíamos parar, la uva tenía la piel
más fina, la humedad no iba y aparecía
la podredumbre”. Y no sólo eso, “el azú-
car daba paso a la fermentación en la
misma cepa”.
José Díaz-Cano tiene claro que un hi-
potético cierre anticipado de las bode-
gas hubiera sido caótico. “Es una trage-
dia que un agricultor con una cuadrilla
de ocho o diez vendimiadores no pueda
llevar su uva”.
El que más y el que menos intentó co-
locar sus remolques, a veces haciendo
colas de muchísimas horas o incluso es-
perando al día siguiente para descargar.
Llegados a este punto, habría que pre-
guntarse qué ha pasado y si tal exceso
de producción merece una reflexión de
cara a un futuro. Seguramente.
El tiempo dio tregua
Por fortuna, no volvió a llover y el cli-
ma dio cuartel. Las bodegas solaneras
soltaron lastre como pudieron y norma-
lizaron su actividad en el tramo final de
la campaña. La vendimia afrontó su rec-
ta final, las cuadrillas fueron terminan-
Uva como nunca
La vendimia 2013 se convierte en la más grande que se recuerda. Tantos kilos colapsó las bodegas.
La cooperativa molturó casi 37 millones de kilos, récord absoluto.
Cuadrilla vendimiando en las inmediaciones del pueblo.
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