Gaceta de La Solana
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Ha sido noticia
Una de las últimas romerías por el antiguo camino
Aquella vuelta de 1972
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omo suele decirse, ya ha llovido
desde que la Virgen de Peñarro-
ya abandonó el Camino Viejo
y, por consiguiente, el Altar al que ha
vuelto cuarenta y tres años después.
Como se pudo comprobar en los cultos
que la cofradía organizó el martes 15
de septiembre pasado, los devotos no
quisieron perderse ese acontecimiento.
Tanto la misa como el rosario de vuel-
ta a la ermita del Humilladero fueron
multitudinarios. El ambiente que se
creó mediante vestimentas de antaño y
carros tirados por animales, organizado
por la Agrupación Folklórica “Rosa del
Azafrán” y por diversas personas a títu-
lo individual, hizo “retroceder” muchos
años a los asistentes más veteranos y
enseñó cómo era la romería a los más
jóvenes. Quien esto escribe tampoco
quiso perderse esa vuelta de la Patrona
por su antiguo itinerario, al igual que
muchos de los que allí nos concentra-
mos. Echando una ojeada durante la
celebración de la misa, nos preguntába-
mos cuántos de los presentes podían te-
ner todavía viva en su memoria la ima-
gen de la última llegada de la Virgen de
Peñarroya aquel mes de septiembre de
1972.
El alcalde que abrió el cochecillo en
aquella venida fue el maestro Manuel
García-Cervigón Márquez, que había
tomado posesión del cargo sólo dos
meses antes. El presidente de la cofradía
era Francisco de Paula Jarava Aznar, y
el Capitán de ese año fue el niño Pedro
Ignacio Salcedo Posadas, de sólo cin-
co años de edad, precisamente hijo del
entonces tesorero de la cofradía, Pedro
Ignacio Salcedo. Aquel Capitán debió
su mandato a una promesa realizada
por su familia después de que el cha-
val trepara hubiera tenido un acciden-
te después de trepar por una escalera y
caer desde una altura de cinco metros
sin sufrir daño alguno.
Por entonces, las celebraciones en ho-
nor a la Virgen de Peñarroya se limita-
ban a la marcha hasta el Castillo en la
mañana del sábado desde el Humillade-
ro, para volver con la imagen la madru-
gada del domingo. Hacía una parada en
Las Chimeneas, donde se celebraba la
misa. Llegaba al altar a la una del me-
diodía, como sucede ahora, siendo su-
bida la imagen en procesión esa misma
noche.
No había Semana
de Exaltación
Los cultos y actos finalizaban ese día
hasta el siguiente Domingo del Ofre-
cimiento, ya que entonces no se orga-
nizaban actividades como las que aho-
ra. No existía la llamada “Semana de
Exaltación”. Además, la pólvora no se
quemaba hasta que concluía la puja del
Ofrecimiento.
No ha variado la última parte de los
cultos que dan por finalizados los actos
de bienvenida de la Patrona, es decir, el
novenario, que comenzaba en la víspera
del Ofrecimiento y se prologaba hasta
el domingo siguiente con la procesión
de acción de gracias. En el año 1972 lo
predicó el sacerdote solanero Joaquín
Alhambra Delgado, entonces párroco
en Piedrabuena.
La única diferencia de entonces a
hoy, con respecto a la última parte de
ese novenario, es el lugar en el que se
predica la última homilía. Cuando la
imagen de la Patrona llegaba a la Plaza
Mayor (entonces Plaza del Caudillo),
no se detenía en el pórtico de la Iglesia,
sino que daba la vuelta a la Plaza y la
carroza se colocaba delante de la facha-
da del Ayuntamiento. Desde uno de los
balcones de la galería acristalada del
edificio consistorial el predicador ofre-
cía su última reflexión del novenario y,
concluida la misma, la Virgen era lleva-
da nuevamente a la parroquia de Santa
Catalina. *