GACETA DE LA SOLANA Nº285 - DICIEMBRE 2020

Gaceta de La Solana 24 Entrevista Fernando del Rey es un especialista en la España contemporánea. Foto Jesús de Miguel (Tribuna de la Complutense) en apoyo de las fuerzas de orden públi- co que se mantuvieron feles al Gobier- no, decisivas éstas, dicho sea de paso, para la derrota del golpe en las grandes ciudades. Que la Guardia Civil no se levantara en muchas localidades o que hubiera regimientos cuyos ofciales no secundaron a los conspiradores resultó decisivo para que el Gobierno derrotara a los alzados en Madrid, Barcelona, Va- lencia y otras innumerables poblacio- nes. Pero el vacío de poder provocado por el golpe en muchos sitios es lo que hizo emerger los poderes revoluciona- rios por abajo, encarnados en los llama- dos comités de defensa de la República y en sus milicias armadas, que durante muchos meses camparon a sus anchas, aunque con un alto grado de coordina- ción a escala, cuando menos, comarcal, provincial e interprovincial y con im- portantes nexos incluso en la capital de España. P. También rescatas de alguna manera a los que quisieron parar aquello, caso del solanero Melitón Serrano ¿Qué papel jugaron? R. Sin duda, es la dimensión más satis- factoria de esta investigación, por más que complique el análisis: el constatar que en una situación límite como aqué- lla también funcionó la solidaridad per- sonal o comunitaria por encima de las ideologías políticas. Y en ese sentido, entre otros, Melitón fue un personaje fascinante y ejemplar, por más que la propaganda de posguerra lo presentase poco menos que como un demonio. Por desgracia, el humanitarismo del que hizo gala ya desde principios de agosto de 1936, que casi le costó un disgusto entre los más exaltados de sus afnes, no le sirvió para preservar la vida en la posguerra. Y eso que hubo varias per- sonas de derechas muy valientes que, jugándose el tipo en el ambiente ven- gativo del momento, no dudaron en interceder a su favor, incluido don Pa- tricio Martín Albo, cura que ejerció su magisterio muchos años en San Carlos del Valle. P. ¿Y podemos hablar de que Reta- guardia Roja es una reivindicación de que la guerra civil también ‘existió’ en la España rural? R. No sólo que existió, sino que tuvo un marcado perfl de guerra campesi- na, dentro de las variadas dimensiones bélicas que se conjugaron en aquella contienda. Lo que evidencia un estudio intensivo de caso como el que he reali- zado es que a veces, al analizar la guerra civil, los historiadores han incurrido en generalizaciones abusivas deudoras de una perspectiva excesivamente urbana. No conviene olvidar que la España de los años treinta era todavía un país ma- yoritariamente agrario, donde en torno al 50% de la población activa se ubicaba en el sector primario y eso, por fuerza, en buena medida ha de condicionar el estudio de los hechos. P. De todas formas, insistes en que no se trata de ‘buenos y malos’… R. Todos los protagonistas de los he- chos que cuento en el libro fueron, en último término, víctimas de las cir- cunstancias y de la situación límite que provocó el golpe de Estado. No se trata de exculpar a nadie, pues en cualquier tiempo y lugar cada persona es respon- sable de sus actos. Pero, en contextos de esa naturaleza, el comportamiento humano puede derivar en desarrollos impensables en una situación de nor- malidad. La mayoría de los ciudadanos se vieron obligados a tomar partido cuando en realidad, a diestra y sinies- tra, el enfrentamiento armado sólo lo buscaban unas minorías tan temerarias

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