GACETA DE LA SOLANA Nº280

Gaceta de La Solana 25 Reportaje a fin ofrecer el bienestar a los usuarios que cuentan con diferentes discapaci- dades. “Son personas que necesitan de mucho más apoyo, por eso se derivan a instalaciones de estas características como con las que cuenta La Solana”. El CADIG ‘El Pilar’ está financiado por la Junta de Castilla-La Mancha, las pla- zas son públicas y las familias también aportan parte de la prestación de los usuarios y usuarias, aunque la mayoría de la subvención proviene del gobierno regional. La evolución del centro, según cuenta Nuria Cabello a GACETA, ha pasado por varias etapas, no siempre sencillas. Los primeros años fueron los más di- fíciles, “empezó todo muy rápido, con muchas personas usuarias a la vez y re- quería una inyección económica muy grande”. Justo en esa época, en 2012 y 2013, apareció la crisis, las subvencio- nes llegaban tardías y conllevó varias situaciones complicadas. Pero justo a partir de 2013 apareció AFAS (Aso- ciación de Familiares y Amigos con Discapacidad), con sede en Tomelloso. Una organización no gubernamental promovida por padres, familiares y personas sensibilizadas, para luchar por los derechos de las personas con discapacidad intelectual, y que com- parte plenamente la misión de todo el movimiento asociativo FEAPS: “Mejo- rar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y la de sus familias”. De esta forma, dice, “se empezó a visua- lizar un cambio muy positivo, llegaban las subvenciones, se comenzaba a tener liquidez, y se empezaron a centrar en la vida de las personas, avanzando mucho en la filosofía y apoyando a los usuarios de una forma más personalizada, con proyectos de vida acordes a su situa- ción”. Empoderamiento e integración Las puertas están abiertas para todas aquellas personas que quieran colabo- rar, voluntarios que pueden pasar mo- mentos con los usuarios, tener amigos, relacionarse para pasear y tomar algo, “y esa es una parte de su calidad de vida”. Por suerte, en pleno siglo XXI el concepto de tener entre la familia una persona con cualquier tipo de discapa- cidad ha cambiado. Antes era un pro- blema, no hacían vida social, estaban prácticamente ‘escondidos’ en las casas, se les denominaba ‘subnormales’. En este tema, Nuria Cabello, razona sobre el positivo cambio de mentali- dad en familiares y allegados, que pi- den y exigen recursos para las personas con discapacidad intelectual y grandes necesidades de apoyo, dotando a los municipios con colegios de educación especial, residencias, viviendas y perso- nal especializado. “Se empezaron a dar pasos hasta llegar a la actualidad y poco a poco la sociedad se ha ido adaptando a ellos”. Uno de los fines es trabajar para empoderarlos, integrarlos en la socie- dad y con el entorno, llevando a cabo actividades de accesibilidad física. En resumen, según explica Nuria Cabe- llo, la valoración del trabajo en el cen- tro, desde su propia experiencia, es que “recompensa y motiva mucho porque los profesionales trabajamos para ha- cer felices a estas personas”. Los propios usuarios valoran cada pequeño detalle “y lo devuelven con creces”. Se pelea diariamente por tener una vida digna, mejorar la calidad de vida, ir a mejor, siempre avanzando y en positivo, de ahí que se esté trabajando diariamente en distintos proyectos, muchos de ellos con la sociedad solanera “lo bueno es que cada vez encontramos más puertas abiertas y eso es muy positivo”, concluye la directora. Activos en la vida del municipio La línea que está siguiendo el CA- DIG es la progresión, poniendo el acento en la participación en acti- vidades y en hacerse presentes en la comunidad donde viven. “Cada vez hacemos más cosas fuera del cen- tro, participando en actos de la vida solanera”. Es habitual verles en el teatro, en la piscina, vestidos de car- naval… El CADIG tiene, por tanto, una proyección ante el municipio que es muy positiva, con una gran implicación en La Solana. La direc- tora hace hincapié en que todo lo que les rodea es un entorno de vida que cubre sus necesidades, da felici- dad, y prueba de ello son las diver- sas actividades que se realizan, que conlleva la alegría de los que parti- cipan y mejora el ambiente general. El desafío es normalizar la vida de los usuarios en la medida que sea posible. Los usuarios del CADIG son parte de la sociedad solanera

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