GACETA DE LA SOLANA Nº273 BAJA

Gaceta de La Solana 23 nanciación llega desde la Unión Euro- pea y el programa cubre prácticamente al completo la estancia en el extranjero. Tiene domicilio gratuito, transporte pú- blico urbano, desplazamientos gratuitos de ida y vuelta al empezar y finalizar el proyecto, y también una cantidad de di- nero mensual para gastos personales de comida y ocio. “Somos doce voluntarios los que con- formamos esta gran familia de Tratwa” -explica Vicente Rodríguez- “con una rica variedad de países como España, Francia, Portugal, Italia, Rumanía, Bul- garia y Kazajistán”. A todo ello se suman coordinadores de Polonia, que hacen la función de mentores. Dentro de las actividades que se realizan regularmente destacan la organización de visitas a centros de enseñanza para llevar a cabo animaciones sociocultura- les a través de dinámicas y juegos, clases de aprendizaje de inglés, francés y espa- ñol a nivel básico a personas jubiladas, rehabilitación de un antiguo depósito de tranvías para reconvertirlo en centro cívico y cultural, además de un huerto ecológico donde se cultivan productos naturales como tomates, pimientos, ca- labacines y patatas. Para ello se constru- yó un invernadero autoeficiente y se le dio una decoración que reflejara el espí- ritu creativo de estos jóvenes. Y no es todo, ya que nuestro joven paisa- no, eventualmente y como algo adicional, participa en la organización de eventos deportivos por causas justas, así como en jornadas de intercambio juvenil donde se recibe a jóvenes de distintos países a fin de promover la integración europea. Con todo ello se pretende generar un marco de relaciones internacionales que refuer- ce la unión entre los diferentes pueblos y naciones, aprender a conocerse mejor. “Hacemos buenos amigos que durarán para siempre, además de trabajar para hacer un bien social” Contra la morriña, la familia Vicente relata a GACETA que echa muchas cosas de menos de su pueblo, “la familia, los lugares, la gastrono- mía, el buen tiempo…” (en Wroclaw se alcanzan los 20 grados bajo cero). Para evitar que esa morriña se vuelva contra él, hay un truco sencillo; “man- tengo un contacto diario con la fami- lia”. También, y al margen de pasar las vacaciones de verano en La Solana, su familia se ha desplazado hasta Wro- claw, llevando productos típicos como un lote de jamón ibérico, queso man- chego y dulces del pueblo, “algo que fue muy bien recibido por todos los compañeros”. No es para menos. “Es una experiencia que sirve para poner a nuestro pueblo en el mapa. Se me hincha el pecho de orgullo cuando ex- plico de dónde soy”. En Polonia hablan polaco, claro está, y aprenderlo tiene tela. “Es un auténtico papelón” –reconoce-. El idioma ha sido uno de los mayores hándicap para Vi- cente, “no se parece nada al español, las conjugaciones, la pronunciación de palabras… hace falta mucha paciencia”. Otra diferencia cultural destacada es la hora de las comidas, con tres momen- tos destacados, el desayuno entre las 7 y las 9, el almuerzo a las 13 horas, y lo más novedoso y ‘raro’ para un español, la cena. “¡Cenan a las 6 de la tarde!”. Sin embargo, asegura que la sociedad pola- ca comparte rasgos con cualquier otra sociedad de la Europa occidental, entre ellas con España. Por ejemplo, la pasión religiosa que tiene una gran parte de la población. Volver y seguir formándose Vicente finaliza su proyecto en marzo de 2019, al cumplirse un año desde su puesta en marcha. Aún no se ha pues- to seriamente a barajar sus planes de futuro, pero hay una cosa que si tiene clara. “Me gustaría alargar mi estancia aquí unos meses más, trabajando en lo que se me ponga delante”. En Polonia, las cifras de desempleo son bajas si las comparamos con España y puede ser fácil encontrar un empleo. “Me sien- to muy integrado en la ciudad y creo que unos meses más, reforzando mi inglés y juntando algunos ahorros, me vendría fenomenal para el máster que quiero empezar en España el próximo curso”. Porque, eso sí, quiere regresar a su querida España. Voluntarios disfrazados de varios periodos de la historia de Europa. (Vicente es Fernando VII) a la izquierda.

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