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Gaceta de La Solana

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Reportaje

El primer mercado municipal de La Solana

Paulino Sánchez Delgado (Cronista Oficial de la Villa)

D

urante siglos, la venta de ali-

mentos al por menor en La

Solana se hizo al aire libre, en

los puestos instalados en la Plaza Ma-

yor. Carne, pescado, fruta y verduras

se despachaban todas las mañanas del

año a la intemperie, bien al frío del in-

vierno o al calor del verano. Los pues-

tos de madera se armaban todas las

mañanas y se retiraban una vez con-

cluidas las ventas. Luego se procedía

a la limpieza de los restos que habían

quedado sobre el suelo empedrado

de la plaza, aunque en algún lugar se

mantuviera el cansino rastro oloroso

del pescado.

Los únicos días en que no se insta-

laba el mercado en la plaza eran la

mañana del Viernes Santo (sólo se

colocaban los pescaderos) y en la fe-

ria, reservada para los feriantes. Los

vendedores se ubicaban esos días a

la calle Monjas. Pero ya en los años

cincuenta del siglo XX comenzaron

las gestiones para dotar a La Solana

de un Mercado de Abastos. El Pleno

del Ayuntamiento del 5 de febrero de

1952 realizaba un ‘INFORME SOBRE

LAS NECESIDADES DEL MUNICI-

PIO’. El alcalde de entonces, Julián

Castellanos, hizo constar que causaba

serios trastornos y la imposibilidad de

observar las más elementales normas

sanitarias. Un grave problema que

debía resolverse con urgencia. Meses

después, declaró a la prensa:

“Se está

buscando un local que sea el ideal.”

(Lanza, 23 julio 1952).

Poco después, en el pleno del 27 de

agosto se informaba sobre la necesidad

de adquirir solares para la construir

un Mercado Municipal, así como para

viviendas de maestros. Las primeras

gestiones miraron al Cine Jardín, pro-

piedad de Francisco Almarcha, en la

calle Monjas, y los edificios colindan-

tes. Otra posibilidad fue intercambiar

terrenos en los Depósitos de Agua

con los del Cristo del Amor, propie-

dad de la Iglesia, según propuesta del

teniente de alcalde, Antonio Romero

Velasco, el 8 de agosto de 1953. Pero

la prensa provincial decía más de un

año después lo siguiente:

“el alcalde

Autoridades el día de la inauguración del mercado

no encuentra solar adecuado. Le qui-

ta el sueño no encontrarlo.”

El cronista

apuntaba la posibilidad de construir

dos mercados pequeños, al ser una

población muy diseminada. (Lanza,

11 diciembre 1953).

Visita a la condesa

En la memoria presentada al pleno

el 10 de marzo de 1954 por el primer

teniente de alcalde y el secretario, se

indicaba que se había gestionado la

subvención por el Estado “para con-

tribuir a la realización de las obras

bien sentidas para la construcción del

mercado, habiendo salido satisfecha la

comisión”. El 26 de marzo, en el apar-

tado de urgencias, se acordó visitar a

la Condesa Viuda de Casa Valiente,

por si estuviera dispuesta a vender al

Ayuntamiento una nca en la calle En-

comienda, en cuyo inmueble podría

ser construido el mercado u otro ser-

vicio municipal. Seis meses después,

el Pleno del 27 septiembre debatió

el SEÑALAMIENTO DEFINITIVO

DEL LUGAR DE EMPLAZAMIENTO

DEL MERCADO MUNICIPAL DE

ABASTOS. La Corporación, después

de vistos los expedientes y diligencias

de los años 1930 y 1931 con motivo de

la entrega al Ayuntamiento de la casa

legada por los herederos de Francis-

co Ocaña Romero, y de la compra del

Obispado de las Órdenes Militares de

un solar en la calle Carrera: acordaba

por unanimidad:

Primero: Que teniendo en cuenta el

informe de la secretaría municipal y el