Gaceta de La Solana
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Ha Sido Noticia
L
a vida de los sacerdotes está mar-
cada por la disponibilidad total a Je-
sucristo al servicio de su Iglesia. El
día de nuestra ordenación, prometemos,
entre otras cosas, unirnos cada vez más
a Cristo, que por nosotros se ofreció al
Padre, y obedecer totalmente al Obispo y
a sus sucesores. Esta es la razón por la
que llegué a La Solana, el pasado 4 de
septiembre en el nombre del Señor y de
la Iglesia diocesana, renovando estas pro-
mesas ante nuestro obispo, don Gerardo,
y la comunidad de San Juan Bautista de la
Concepción, mi nueva parroquia.
Cuando uno llega a un sitio en nombre
de “Otro”, tiene la responsabilidad de ser
fiel su mensaje y de cumplir la misión
encargada por esa persona: en este caso
anunciar el Evangelio y facilitar todas las
personas conozcan y se puedan encontrar
con Jesús. Este encargo asusta si lo pien-
so desde la poca experiencia que tengo
como sacerdote, tan sólo nueve años, o
desde mis posibilidades. Pero, a su vez,
tranquiliza saber que el Espíritu Santo va
por delante y que la parroquia a la que
llego ya tiene una trayectoria de más de
cuarenta y cinco años, por lo que podré
aprender mucho en ella.
Llegar a una nueva parroquia y a un
nuevo pueblo enviado por la diócesis
también ilusiona, mucho. Es una época
muy hermosa para conocer a mucha gen-
te, para emprender nuevas tareas pasto-
rales, siempre adaptadas a las personas
de cada comunidad, para buscar nuevos
cauces para que todo el mundo pueda
sentirse, por lo menos, invitado y acogido
por la Iglesia. Me gustaría que la parro-
quia fuera una casa donde todos encon-
traran su sitio, hasta aquellos que creen
que no tienen nada que ver con la Iglesia
o que ésta les rechaza; Cristo no rechaza
a nadie.
Como ya dije en la toma de posesión,
me gustaría que siguiéramos las direc-
trices que nos marca el papa Francisco
cuando nos invita a ser una Iglesia en
salida, que va a todos los rincones a ofre-
cer la alegría del Evangelio a todas las
personas, especialmente llegando a las
periferias humanas; una Iglesia que no
vive la fe sólo dentro de las paredes del
templo, sino también en las calles, en las
casas… Jesucristo, al igual que lo hizo en
su tiempo, sigue cautivando a todos con
su persona y su propuesta, a pesar de su
exigencia; su mensaje no pasa de moda.
Esto es algo que me maravilla y que espe-
ro poder seguir provocando en la gente: el
interés por querer y seguir a Jesús.
Empezar en una nueva parroquia supo-
ne reilusionarse con el sacerdocio, las ho-
milías, la celebración de la Eucaristía, la
convivencia con los vecinos, la formación
de los agentes de la parroquia, la acogida
de los novios que se quieren casar o los
padres que quieren bautizar a sus hijos…
Así, lleno de estos deseos, llego a este
nuevo destino pastoral, en el nombre del
Señor y de nuestra Iglesia diocesana.
J
esús
N
avarro
O
rtiz
Párroco de San Juan Bautista de la
Concepción
En el nombre del Señor y de la Iglesia diocesana
Jesús Navarro en los estudios de Radio Horizonte