Reportaje
Con dos bemoles
El solanero Adrián Guzmán Sancho logra la única plaza mundial para un máster de Perfeccionamiento de Oboe.
De casta le viene al galgo.
G
ABRIEL
J
AIME
A
ntes de entrevistar a Adrián
Guzmán Sancho tenía claro
cómo titularía este reportaje:
‘Con dos bemoles’. Una metáfora per
fecta para subrayar la gesta de este in
térprete en una de las cunas europeas de
los grandes compositores clásicos. Hace
unas semanas, consiguió la única plaza
que se ofertaba en Leipzig (Alemania)
para cursar un Máster de Perfecciona
miento de Oboe durante los próximos
dos años, compitiendo con experimen
tados solistas procedentes de múltiples
nacionalidades. La guinda a un año
realmente excepcional tras culminar de
forma sobresaliente el Grado Superior
de Interpretación y habiendo entrado
en la Orquesta Joven Nacional.
Veintidós primaveras contemplan a
este músico vocacional que está llama
do a ‘dar la nota’ en el universo de los
virtuosos. Joven aunque sobradamen
te preparado, levanta la admiración de
compañeros, intérpretes y público en
general. Es un chico sencillo, que intenta
pasar desapercibido con su carácter in
trovertido y en apariencia timorato, pero
todo cambia cuando suenan las siempre
a nadas notas de su inseparable oboe,
instrumento nada fácil de domar y para
el que tiene un don casi divino.
La música corre por sus venas siguien
do la dinastía que iniciara su tatarabue
lo, Ángel Sancho y Lucía, fundador de
la Banda Municipal en 1900. La estirpe
de los ‘Sanchos’ ha continuado la sen-
Con un grupo de compañeras
da que les vincula con la solfa de ge
neración en generación. Su madre, su
abuelo, sus primos y por supuesto, su
tío Ángel (actual director de la Escuela
de Música) son un claro ejemplo. Éste
último ha sido su máxima inspiración,
según reconoce ‘me gustaba escucharle
cuando tocaba el saxo, y desde peque
ño siempre me ha dado mucha caña
en lo musical’. Adrián recalca la férrea
exigencia de su tío sin contemplacio
nes ni favoritismos ‘me suspendió en el
primer examen, aunque aprobé por las
notas del resto de componentes del tri-
Adrián tocando el oboe
bunal’. ‘Ahora agradezco que haya sido
tan riguroso conmigo’.
Se decantó por el oboe porque le gus
taba a su madre, cursando el Grado Ele
mental en La Solana y posteriormente
el Grado Medio en Ciudad Real, donde
ocupó la única plaza tras superar varias
pruebas de dictado, ritmo, teoría y ejecu
ción instrumental. Allí estuvo seis años,
para emigrar posteriormente a la capital
de España a completar cuatro años más
del Grado Superior, cursando en el Real
Conservatorio Superior de Madrid.
Para entrar en estos centros hay que pa
sar una dura criba porque se ofertan po
cas plazas ‘tienes que tener un buen día y
estar a tope, muy concentrado’. Obtuvo la
mejor nota de acceso y con sobresaliente.
Este ha sido su año. En octubre entró
en la Orquesta Joven de Madrid y lo se
leccionaron como solista en la Orquesta
Sinfónica del Conservatorio, aunque su
mayor logro fue entrar en la Orquesta
Nacional Joven. Llevaba mucho tiempo
preparándose. ‘Ha sido un tiempo de
trabajo, estudio, sacri cio, de querer un
poco más cada día y con momentos du
ros mentalmente’. De momento, no ha
debutado pero ‘es como ir a la selección
española y estar en el banquillo, más
pronto que tarde podré actuar en algún
concierto’.
Gaceta de La Solana
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