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Gaceta de La Solana

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Cartas al Director

N

uestro alcalde y amigo mío,

Luís Díaz-Cacho, abría y ce-

rraba el pasado número de Ga-

ceta con sendas cartas, haciendo más

en desfavor del espíritu navideño en

la segunda de lo que en su favor había

hecho en la primera. Muy suavemente,

como en voz baja, tal y como algunos

nuevos protagonistas de la política es-

pañola acostumbran a decir los mayo-

res disparates, y sin terminar de aclarar

relación causa-efecto alguna, conclu-

yó que el empeoramiento del estado

de salud de un muchacho era debido

al clima de tensión provocado por los

recortes del anterior Gobierno. Con la

misma ausencia de pudor, uno podría

concluir que fueron los aspavientos y la

manipulación que de personas y hechos

algunos hicieron los que generaron ese

clima y contribuyeron a empeorar la sa-

lud de Pepe. Lo que el señor alcalde hizo

puede definirse como deshumanización

del adversario político, terrible manera

de desfigurar la realidad que termina

por polarizar la sociedad y crispar la

convivencia. Lo hizo además desde el

particularismo, lo cual denota cortedad

intelectual en unos casos y, en otros,

una exorbitante tendencia a la demago-

gia. Tengo a Luís por un hombre de ta-

lento, pero el talento es compatible con

la imbecilidad moral, aunque en este

caso sea de forma ocasional.

S

erafín

A

lcázar

C

uesta

F

íjese amigo Sancho, hace ya

cuatrocientos años de nuestras

andanzas, las cuales tenían el

fin de ayudar a los oprimidos y hacer

que nuestro país prosperase para bien.

Pues nada de esto ha cambiado en esta

nuestra tierra, mi tierra. Todo ha sido

en balde, todos aquellos valores que

plasmaba nuestro autor, Miguel de

Cervantes, de amistad, lealtad, honor,

ayuda a los necesitados… se han per-

dido. Pues bien, amigo Sancho, basta

mirar un instante alrededor y ver que

todo sigue igual. Poderoso caballero

es don dinero, que desata la locura de

aquellos ambiciosos, que aún siendo

estos, gobernantes, realeza y banque-

ros, debiendo al pueblo pleitesía y res-

peto por haberlos colocado ahí, hurtan

de las arcas estatales dinero para su

propio beneficio, y recortan al pueblo

sus recursos más útiles y necesarios.

Y nadie nada por remediarlo, solo mi-

ran con desconcierto y esperan a que

pase, y si en el caso de haber una viva

imagen de Amadis de Gaula, que lucha

por los bienes del pueblo, lo tachan de

necio, lo desprestigian y es juzgado y

condenado por aquellos a los que tam-

bién agravan estos recortes como son

los jueces y agentes de la ley.

Hace ya tiempo, mi fiel amigo, que el

Sabio Frestón hizo desaparecer de mi

biblioteca los libros que me brindaron

saber y que me eran útiles para no ser

dominado. Como dicen los filósofos

grecolatinos “Conocimiento o Someti-

miento”. También los libros me dieron

valores que me hicieron ser persona.

Pero, sin embargo, en esta sociedad los

gobernantes recortan este bien tan pre-

ciado que es la educación para dominar

mejor al pueblo.

¿Recuerda, usted, aquella pomada

milagrosa que curaba cualquier herida,

El Bálsamo de Fierabrás? He dejado de

usarlo, ya que he visto tanta mejora en

la sanidad en estos cuatro siglos, que

me da pena que en un abrir y cerrar

de ojos volvamos a utilizarla pues se

haya perdido tanta mejora. ¡Tanto ca-

mino para volver por nuestras propias

pisadas que he perdido la fe en la hu-

manidad! Mi fiel escudero, y le decían

loco a nuestro autor por escribir libros

alejados de la realidad, mientras que lo

más alejado de la realidad es la situa-

ción que ocurre actualmente en nues-

tro país. He percibido casos que no

ocurrían antes. He visto a pobres per-

sonas vivir en el frío y áspero suelo de

la calle, he visto cómo la gente se pelea

por un trozo de pan, he visto a herma-

nos peleados por ser de diferente raza

o religión. Todo esto provoca la sepa-

ración del pueblo cuando debería de

estar unido para luchar contra aquellos

que rompen las leyes y se hacen llamar

nuestros monarcas y gobernantes. Y

jamás podré entender, con lo avanzada

que está esta sociedad, sus mejoras sa-

nidad, educación y en infraestructuras,

que no pongan remedio para salir de

esa situación.

R

amón

M

aría

D

íaz

-C

acho

D

íaz

-A

lbo

Q

uería daros las gracias por

vuestro gran hacer en las crí-

ticas sobre mi padre, el perio-

dista Miguel García de Mora. Habéis

hecho un estupendo alarde de cariño

y profesionalidad. Quisiera hacerlo

extensivo a tantos amigos que se han

preocupado y me preguntan aquí, en

Alcalá, por el homenaje celebrado en

nuestro pueblo. Que sigáis así mu-

chos años en esta magnífica labor de

informar sobre tantas cosas y tantas

personas.

L

uis

M

iguel

G

arcía

de

M

ora

R

egui

llo

Sobre una carta del alcalde

Monólogo sensato de un loco

Queridos amigos de Gaceta: