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Gaceta de La Solana

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Sociedad

Antonio M-Zarco con una de sus maquetas

Catalina Buitrago

A

urelio

M

aroto

L

levar medio siglo viviendo fuera

de la tierra que te vio nacer no

significa nada. No cuando la san-

gre solanera corre por tus venas. Es el

caso de Antonio Martín-Zarco Prieto,

que a sus 82 años se mantiene en ple-

na forma y sigue emocionándose cada

vez que ante sus ojos aparece La Solana,

por ejemplo cuando recibe GACETA,

puntual cada dos meses. Le gusta que le

llamen por su sobrenombre de siempre,

El Macario.

Se marchó a Alicante en el año 1964.

Ayer mañana. Pero le dio tiempo a

aprender bien el oficio de gañán en su

pueblo, trabajando en El Lobillo con el

Marqués de Argüelles, y después de la

mili en casa de Telesforo Maroto. Aún

recuerda a Cesáreo Jareño, un buen

compañero de fatigas. Como tampoco

olvida aquel premio que logró en una

procesión de San Isidro, llevando un

par de mulas bien enjaezadas. Con Pa-

quito Jarava obtuvo otro premio en un

concurso de arada. La última vez que

“compitió” fue con las mulas de su pa-

dre, Julián, que entonces trabajaba con

“Churras”, ya que Paquito Jarava no le

quiso dejar las suyas. “Ahí fue cuando

terminó mi carrera como gañán” –nos

dice-.

Alicantino de residencia, allí ha sa-

cado adelante a su prole, junto a su es-

posa, Pura. Y allí desarrolló otra de sus

aficiones, tocar la bandurria. “¡Madre

mía, cuántas bodas y otros eventos ha-

bré animado en La Solana!”. Y allí traba-

jó de camionero, de taxista, y se jubiló

conduciendo una máquina excavadora.

Una jubilación que despertó su afición

por las manualidades. Antonio ha he-

cho trajes de gañanes, gorras, blusones,

pantalones… todo a mano. Artesanía

neta que se extiende a las maquetas en

miniatura, como la de la foto. “Yo mis-

mo hago las mulas con corcho, con telas

y las forro hasta que quedan perfectas”

–presume-.

También cose las albarcas y perfila los

detalles de carros, galeras y tartanas.

Esparto y piel son dos elementos indis-

pensables. “Me da vida hacer todo esto”.

En Alicante ha organizado varias expo-

siciones. Entre tanto, sigue acariciando

su bandurria en dos grupos locales.

La galera de la foto la regaló a la Vir-

gen de Peñarroya en un Ofrecimiento.

Él mismo la pujó. Nos ha enviado una

poesía, pero es muy larga y en GACE-

TA no tenemos costumbre de reprodu-

cirlas. Sin embargo, son versos que des-

prenden la pasión por su pueblo de un

solanero, uno más, que sigue paseando

con orgullo a su patria chica.*

Homenaje a una modista

C

atalina Buitrago Díaz-Mala-

guilla fue una conocida modis-

ta solanera que dedicó buena

parte de su vida a coser, y sobre todo, a

enseñar sus grandes dotes en la disci-

plina de corte y confección. Hace poco

recibió un cariñoso y caluroso home-

naje póstumo en el Don Diego de mu-

chas de sus antiguas alumnas.

Catalina se marchó a Madrid a

estudiar corte y confección en una

academia y regresó como profeso-

ra diplomada. Desde entonces, fue

maestra y guía de una pequeña legión

de aprendices. Su propia hija, Vicen

Briones Buitrago, coordinó este acto

con el apoyo del Ayuntamiento, que

cedió las instalaciones, Afammer

y comercios que facilitaron mani-

quís para exponer los vestidos de

nupciales confeccionados en su día

por Catalina.*

El Macario, un artista solanero a orillas del mar