GACETA DE LA SOLANA 312
Gaceta de La Solana 104 Nuestra historia C arlos F ernández -P acheco S ánchez G il y C oncepción M oya G arcía P ese a la integración laboral y so- cial de los moriscos en la loca- lidad, había cierta desconfianza hacia ellos y sus costumbres poco or- todoxas, por lo que el concejo al mis- mo tiempo que mostraba el beneplá- cito para su asentamiento en la villa, anunció que pensaba tomar medidas para que « no puedan bibir haziendo ritos y ceremonias contra la Santa fe y encargando al cura y sacristanes que tengan cuenta con ellos para los dotri- nar en las cosas de la fe como hasta aquí la an tenido y apremiandolos para ello ». Los moriscos tenían prohibido el uso de armas, que fue regulado por una real orden. En cumplimiento de ella, el gobernador apremió a los oficiales del concejo de La Solana, para que se registrasen todas las armas que había en el pueblo, cuidando que esta mi- noría no las portase ni almacenase. Su respuesta fue que en el pueblo apenas había armas, ni en su poder ni en el de los particulares, por haberlas requisa- do para armar a los vecinos enviados a la guerra. En cuanto a los moriscos « no tienen armas particularmente nin- gunas y que entre los vecinos de la villa entienden que ay pocas armas de causa de averse llevado muchas en el Reyno de Granada » 1 . La tenencia y porte de armas fue muy perseguido. En Villanueva de los Infantes, el licenciado Juan Andrés, sustituto provisional del gobernador, ordenó concentrar a todos los moriscos en la ermita de San Juan, y registrarlos en busca de armas, al tiempo que los al- guaciles eran enviados a sus viviendas, para inspeccionarlas, asegurándose que en ellas no hubiera ninguna 2 . En otras zonas hubo problemas con los cuchillos y herramientas punzantes, que los nuevos pobladores usaban para su trabajo, pero en el Campo de Montiel no está documentada ninguna actua- ción en ese sentido. No ocurrió lo mis- mo en Almagro, donde en una redada fueron acusados algunos curtidores y hortelanos de tener armas, cuando en la mayoría de los casos eran herramientas utilizadas en sus ocupaciones, como se acabó demostrando 3 . Un caso singular fue el que acaeció en Manzanares, donde la necesidad de recaudar fondos para el retablo de la iglesia, hizo que el 16 de agosto de 1600, se formase una suiza –alarde festivo de soldadesca– integrada por moriscos, que desfilaron armados por el pueblo, disparando al aire y pidien- do dinero para el dorado del retablo, matando al final dos toros. Aunque la fiesta fue un éxito y se recaudaron más de 800 reales, el escándalo al co- nocerse que moriscos se habían entre- nado y circulado armados por la villa fue mayúsculo, acusando la justicia a las autoridades municipales. Pero el hecho de que los cristianos viejos y los nuevos participaran juntos en la fiesta, era un ejemplo de convivencia e integración 4 . Un ejemplo de la confianza e inte- gración de los moriscos en la sociedad campomontieleña sucedió en 1599, cuando debido a la mala situación eco- nómica, el ayuntamiento de Villanueva de los Infantes prestó dinero del pósito a varios agricultores para comprar tri- go, entre los que había diez cristianos La Solana en la guerra de las Alpujarras y la dispersión de los moriscos granadinos (V) El asentamiento de los moriscos granadinos en La Solana (continuación) (Extracto del artículo publicado en el número 8 de la Revista de Estudios del Campo de Montiel) Principales focos de la Guerra de las Alpujarras. 1. Archivo municipal de La Solana (AMLS), libro 10, acuerdos del ayuntamiento de La Solana (1561-1575), 11 de enero de 1571. 2. MORENO DÍAZ DEL CAMPO, F. J.: “El discurrir cotidiano o la convivencia frustrada: los moriscos granadinos en el Campo de Montiel”. Cuadernos de Estudios Manchegos nº 28 . Instituto de Estudios Manchegos. Ciudad Real, 2004, p. 106. 3. MORENO DÍAZ DEL CAMPO, F. J.: Los moriscos en la Mancha: sociedad, economía y modos de vida de una minoría en la Castilla moderna. Consejo Su- perior de Investigaciones Científicas. Madrid, 2009, pp. 321-322. 4. GÓMEZ VOZMEDIANO, M. F.: Mudéjares y moriscos en el Campo de Calatrava. Reductos de convivencia, tiempos de intolerancia (Siglos XV-XVII). Biblio- teca de Autores Manchegos. Ciudad Real, 2000, pp. 130-131.
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