GACETA DE LA SOLANA NÚMERO 305
Gaceta de La Solana 6 El Tema Llama la atención que también justifiques por qué La Solana aparece como una aldea, por entonces más pequeña que municipios de la zona de influencia del Ingenioso Hidalgo. Claro. La verdad es que aunque por población no estaría justificado tacharla como aldea, sí lo estaba por su origen como pedanía de la vecina Alhambra y por su menor número de habitantes en comparación con las principales villas man- chegas de la época. Sirva como ejemplo que en 1575 La Sola- na contaba con 750 vecinos y Membrilla con 1.000. Aunque es posible que en el fondo esta calificación no fuera más que un recurso literario utilizado por Cervantes, o quién sabe si otra pista para señalar el lugar a quien lo supiera ver. José Antonio, supongo que eres consciente de que tu hipótesis es una más de las muchas que se arrogan ser ‘el lugar de La Mancha’. A saber, Argamasilla de Alba, Infantes, Alcázar, Mota del Cuervo… ¿Por qué no alguna de estas poblaciones, como sostienen varios cervantistas? Pues sencillamente porque las pistas (al menos las que yo he visto, y siempre desde mi óptica) me han conducido hasta La Solana. No tengo nada contra quienes sostienen que es Argamasilla de Alba el lugar de Don Quijote, ni mucho me- nos contra esa localidad. Lo mismo me cabe decir del resto de localizaciones. Pero lugar de Don Quijote, si en realidad lo hubo, solo puede ser uno, y para mí es La Solana sin duda alguna. Si estoy equivocado o no, lo dictaminarán los estu- diosos que llevan toda su vida escrutando la novela, que se- guro sabrán encontrarle los fallos a mi hipótesis. Si los tiene, claro está. Por cierto, me encantaría que mi estudio sirviera para generar algo de debate que despertase el interés general sobre este asunto. Te pregunto con claridad, ¿temes no ser tomado en serio? La verdad es que no. Yo me creo mi investigación por- que los números cuadran: las distancias y los tiempos del relato cervantino entran dentro de lo posible. Y como todo lo que es posible puede ser cierto, la considero merecedora de algo de credibilidad. Lo peor que me puede pasar es que al final se convierta en una conjetura más, defendida por unos pocos y atacada por los más. A mucha honra, en cualquier caso. Por último, ¿es este tu estudio definitivo sobre el solanerismo de Don Quijote y Sancho Panza, o seguirás investigando para cimentarlo mejor? Aunque innumerables veces he reincidido en lo que me había prometido no volver a hacer jamás, creo que este asunto lo dejo aquí. Más que nada porque no se me ocurre dónde obtener nueva información o pistas inexploradas. Así que, cual liebre en las carreras de medio fondo, me apartaré para que quien tenga ánimo y fuerzas pueda tomar el relevo. Cuenta con mi beneplácito. Por lo demás, es un placer haber contribuido, aunque sea mínimamente, a la eterna búsqueda de la Verdad. Y si mi labor nos lleva a concluir que el lugar que Miguel de Cervantes tenía en la cabeza como cuna de Don Quijote era La Solana, miel sobre hojuelas. Indudable- mente, sería todo un honor para los solaneros. De lo cual me alegraré por partida doble. Una de las ilustraciones del estudio, que mide las distancias kilométricas.
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