GACETA DE LA SOLANA NÚMERO 302

Gaceta de La Solana 4 Semana de la Zarzuela Y van cuarenta La Semana de Zarzuela celebró su cuadragésima edición y dedicó un reconocimiento al presidente de la ACAZ E l 20 de octubre se abrió la cuadragésima edición de la Semana de Zarzuela, decla- rada Fiesta de Interés Turístico Nacional. sta vez no hubo entrega de distinciones, sino solo el pregón y un reconocimiento al presidente de la ACAZ, Antonio García-Cervigón, amén de un recital lírico como broche. Precisamente, fue la hija mayor de García-Cervigón, Inmaculada, quien ejerció como pregonera. Entre otras cosas, se preguntó qué sería de La Solana sin la zarzue- la y la zarzuela sin La Solana. El presidente, que anunció que abandonará la presidencia tras cua- tro décadas al frente, recibió el homenaje de sus compañeros y también del público que acudió al teatro ‘Tomás Barrera’. El presidente de la ACAZ -centro- protagonizó el acto inaugural. La compañía local estrenó 'La rosa del azafrán' en 1988. Lo que va de ayer a hoy... U n fragmento de La rosa del aza- frán dice aquello de: “Lo que va de ayer a hoy, le dijo Paco a Pocho…”. Pues sí, cuarenta ediciones es una cifra redonda para un festival que nació en el año 1984 y que ha evolu- cionado con el paso de los años. Atrás quedan los tiempos del Cine Cervan- tes (rebautizado durante el ciclo lírico como Teatro Cervantes), incluso del desaparecido Cine Moderno, donde se celebraron no pocos ensayos. En el año 2000 llegarían las ediciones en la plaza de toros, en verano, hasta que en octu- bre de 2003 volvió bajo el techo del fla- mante auditorio Tomás Barrera. Han sido muchas las compañías pro- fesionales que han pasado por los tres escenarios. En el Cervantes destacó la etapa de la Compañía Lírica Española, que escenificó obras de gran formato como Luisa Fernanda, Doña Francisqui- ta, El barberillo de Lavapiés, El huésped del sevillano, Don Gil de Alcalá o La le- yenda del beso , por citar algunas. Tam- bién La rosa del azafrán , antes de que los solaneros cogieran el testigo en la quin- ta edición (1988). Por aquellos tiempos también vino la compañía Ases Líricos, de Evelio Esteve, o algunas compañías de aficionados, como una de Noblejas (To- ledo) u otra de Abarán (Murcia). Era casi una proeza cuajar aquellos montajes en las estrechuras del recordado Cervantes. Ya en el Tomás Barrera, la compañía Musiarte, dirigida por María Dolores Travesedo y Antonio Lagar, se hizo fija hasta su disolución, y en las últimas edi- ciones se ha abierto más el abanico con compañías como Clásicos de la Lírica, Dolores Marco o Máter Lírica. Zarzue- las como Polonesa o Cádiz se han estre- nado en La Solana, aunque los títulos más emblemáticos se han ido repitien- do. La tabernera del puerto, La del ma- nojo de rosas o La corte de Faraón, entre otras zarzuelas grandes, y La verbena de la Paloma, La revoltosa o Agua, azucari- llos y aguardiente han copado -y siguen copando- los gustos del gran público. Por otra parte, la Semana de Zarzue- la ha premiado a personajes de gran re- lieve durante estas cuatro décadas. Ma- tías Prats, Antonio López, Sara Montiel, Concha Velasco, José Luis Perales, Al- fredo Kraus, Imanol Arias, Pedro La- virgen o Luis del Olmo han sido algu- nos de ellos. Sin embargo, han sido las jornadas escolares uno de los grandes estandartes del festival lírico, donde miles de niños y niñas subieron a es- cena para escenificar muchas de esas célebres zarzuelas. Detrás de todo ello, la Asocia- ción Cultural ‘Amigos de la Zarzuela’ (ACAZ), que en las primeras ediciones se llamó ‘comisión organizadora’. Desde el primero hasta el último, tanto en el tiempo como en la función designada, merecen el tributo de todos los solane- ros. La Semana de Zarzuela sigue sien- do una realidad gracias a ellos.

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