GACETA DE LA SOLANA 301

Gaceta de La Solana 45 Cartas al Director Amigos y amigas de la Gaceta de La Solana: En primer lugar, enhorabuena por haber llegado a este número 300, lo cual supone un gran esfuerzo y perseveran- cia de todos los responsables de su pu- blicación, desde el primer número hasta este tan redondo. Soy un solanero residente en Lleida y, como dice Jesús Velacoracho en su escrito, la Gaceta hace que se mantenga “redivivo el cordón umbilical con nues- tro pueblo”. Sin embargo, mi experien- cia en Cataluña ha sido muy diferente a la suya. Es cierto que desde que se puso en marcha “el procés” vivimos tiempos convulsos, y hasta confusos, pero no es razón suficiente para afirmar, como él hace, que la “lejana tierra catalana es hostil con nuestra lengua”, el castellano. Supongo que su experiencia es diferente a la mía, y por ello no pretendo negar su afirmación; simplemente deseo dar a conocer la mía. Soy maestro jubilado. Llegué a Lleida cuando todavía vivía Franco y el catalán estaba prohibido. Después de un curso en la enseñanza privada, empecé a tra- bajar en el colegio público de ‘Borjas Blancas’. Entones apenas había inmigra- ción y casi todo el alumnado era cata- lán. La mayoría de los cursos inferiores conocían poco el castellano y era muy difícil comunicarnos. Ya tenía decidido que mi futuro como maestro estaba en Cataluña y decidí aprender catalán. Lo hice pensando en aquellos niños y ni- ñas, para poder comunicarme con ellos en su propia lengua, pero también con la convicción de que, si me quedaba en Cataluña, estaba obligado “moralmen- te” a aprenderla. Si hubiera ido al País Vasco o a Galicia, habría aprendido el euskera o el gallego. No tengo la sensación de haber re- nunciado a ser solanero por eso; nun- ca he dejado de reivindicar mi lugar de nacimiento, recibo con alegría la Gaceta y procuro ir al menos una vez al año, aunque la lejanía -y ahora también la edad- es un impedimento grave, como bien dice Jesús. Es cierto que un sector de la sociedad catalana ha planteado un pulso al Estado español y hemos vivido un tiempo convulso, pero la mayoría de los catalanes no son independentis- tas ni rechazan el castellano; si hay una lengua que está en peligro es el catalán y comprendo que los catalanes hagan todo lo posible por mantenerla. Algu- nas posturas se han extremado, pero España es un país plural, no solo en sus lenguas, y de la misma forma que apre- ciamos y compartimos manifestaciones culturales o gastronómicas, deberíamos también compartir sus lenguas. Sobre todo, si acabamos residiendo en donde existe el bilingüismo. Para acabar, os puedo asegurar que, al menos en Lleida y provincia, si al- guien se dirige en castellano a cual- quier persona le contestarán en la mis- ma lengua, sin ningún problema. La inmersión lingüística que se ha practi- cado en la escuela desde la Transición ha conseguido que los niños y niñas de Cataluña dominen las dos lenguas, a un buen nivel. Sebastián Gertrúdix Romero de Ávila Lleida AGRADECIMIENTOS: La familia de Juan José Serrano Sánchez quiere agradecer las múltiples muestras de duelo y pesar por su pérdida. Murió el día de Castilla-La Mancha, siempre con su sonrisa, luchando contra su enfermedad, hasta que no pudo más con solo 53 años. Nunca le olvidaremos. La familia de María del Rosario Serrano López-Milla desea expresar su gratitud a todas las personas que nos acompaña- ron y mostraron sus condolencias en ese día tan difícil para nosotros. Muchas gracias de corazón. Fe de errores : En el número 299 publicamos el entierro de María del Rosario Serrano López-Milla e indicamos que tenía 83 años, cuando en realidad tenía 91 años. Gracias de corazón C on estas letras quiero manifestar mi profundo agradecimiento a todos los que de una forma u otra me habéis mostrado vuestro sincero cariño y vuestra espontánea simpatía por mi jubilación como di- rectora de la Biblioteca Municipal. Me habéis emocionado con mayúsculas y habéis conseguido que toda una vida de trabajo y esfuerzo personal haya merecido la pena. Gra- cias de corazón. Ramona Serrano Posadas Vivir en Cataluña