GACETA DE LA SOLANA 301

Gaceta de La Solana 38 Caminar y Contar L uis M iguel G arcía de M ora L os escaparates y puertas de las agencias de viajes están reple- tos de destinos, ¡gracias a Dios! Ya fue bastante con aquellos veranos en casa casi enclaustrados, y con una máscara encima. Se ha vuelto al cami- no, al viaje. ¡Ay, eso de viajar por Es- paña! Si nos hubieran dicho hace unos años… Bueno, y ahora ya, como Italia y Noruega caen tan cerca, nos anima- mos y acabamos en Vietnam, como unos amigos nuestros. Ya nos gusta- ría, como a ustedes, y a Australia, de la que ya nos contó mucho una señora de Alcalá que vuela a menudo a ver a su hija, que se casó con un australia- no. De momento, nos apuntamos a una excursión con la Casa de Castilla-La Mancha en plan Paco Martínez Soria y José Luis López Vázquez en la popular película, pero sin suecas. A Benidorm, que hacía años que sólo lo veíamos en el telediario y la última vez que estuvi- mos ponían La guerra de las galaxias . Ha llovido, aunque quizás no mucho. Vienen, además de manchegos y paisanos, matrimonios de Guadalaja- ra, Madrid y Aranjuez. Se ven caras de ilusión, grandes maletas (no como las de antes) y cómodas, y, naturalmente, mucho teléfono, que también si nos lo dicen antaño. El gran autobús, que lleva hasta botellas de agua y un con- ductor agradable, nos pone en un mo- mento en tierras de Alicante; menos mal que no son días de “operaciones salida”, y pensamos en los que no tie- nen otro remedio. El paisaje, a veces, nos recuerda al de La Mancha, por las pequeñas parcelas de viñedos y olivos; pero ganan, claro, los árboles frutales, almendros y melocotoneros. Se echa de menos el encontrarnos con algún pueblo donde bajar un rato y hablar con alguien, ver alguna fuente o iglesia, como se solía hacer en tiempos de via- jes con parada, café y cigarro. Ya nada es igual. Benidorm, tampoco. Las no- ches son un puro espectáculo. Muchos van a ir a saludar a la entrañable María Jesús, que sigue con su acordeón. UN VIEJO ESTANCO Y UN RELATO HISTÓRICO Teníamos pensado escribir alguna vez sobre los estancos de La Solana, que tanto encierran en sus paredes, mostradores, estanterías e historias de gentes diversas, chicos y grandes, en su visita, a veces a diario, otras de De veraneos y estancos vez en cuando, y hasta otras, como en esta ocasión, estando en otra ciudad. Lo haremos. Callejeando por Beni- dorm, entre playa, terrazas, un bar de los antiguos con fotos de lo que era un pueblecito de pescadores, damos con un estanco en la que fue, nos dijeron, carretera de Alicante a Valencia, que se abrió en 1914. La propietaria, doña Jo- sefa Farach Orozco, nos cuenta que se lo concedieron a su abuelo en la “mili” por buena persona. Enfrente, estaba el ayuntamiento, y al lado, la farmacia más importante de la provincia. Es una seño- ra muy agradable que ama su ciudad y elogia los tiempos en que en Benidorm “sólo” había marinos mercantes y que muchos decidieron instalarse abriendo hoteles y restaurantes en los años 50; pero, sin duda, lo que más huella le ha dejado es un hombre, don Pedro Zara- goza Orts, alcalde desde 1950 a 1967, impulsor del turismo en la ciudad. Lo recordamos, por supuesto, de verlo en los periódicos, y hasta en el NODO. Sí, era él. Y algo más nos contaron su hija Carmen y Loreto, colaboradora suya durante muchos años. Su afición a la literatura le hizo estudiar perio- dismo en plena madurez. Escribiendo, al fin, varios libros, siendo además en los años 70 nombrado gobernador civil de Guadalajara. Falleció en el 2007, a los 82 años. Y hasta la pren- sa del Reino Unido y de Alemania hablaron de él. En un bello par- que de Benidorm, una gran placa recuerda su magnífica labor. Para rematar, nos llevaron a la “solanera” Altea, pero en una vi- sita breve, sin tiempo de saludar a algún pai- sano de los que tantos ladrillos colocaron en sus edificios. Eso sí, volvimos a ver —y a degustar— el chocola- te Pérez, el de la niñez. ¡Gracias y hasta otra! Benidorm, a mediados de los años 60.

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