GACETA DE LA SOLANA NÚMERO 297

Gaceta de La Solana 62 La Gaceta Deportiva Mari Paz Naranjo tiene 90 años. Mari Paz Naranjo, orgullo de todos A urelio M aroto H ablar de Mari Paz Naranjo es hacerlo de una persona ex- traordinaria, porque su tra- yectoria vital es simplemente extraor- dinaria. Solanera de nacimiento y de corazón, todavía hace atletismo a sus 90 años. Un hito al alcance de casi na- die. Desde su residencia en Cataluña, nos llega la noticia de que Mari Paz ha participado en la ‘Cursa Popular 2022’, celebrada durante la fiesta mayor de Santa Coloma de Gramanet (Barcelo- na). En la foto que publicamos la vemos mostrando con orgullo una placa con- memorativa. Las arrugas de su rostro, y de sus brazos, no son más que emblemas que retratan una vida de esfuerzo, dedica- ción y capacidad de superación. El or- gullo que ella sintió al recibir esta placa es paralelo al que sentimos los solane- ros, felices de verla feliz. Las veces que hemos tenido la ocasión de tratarla, ha exhibido una sencillez proverbial, un punto de timidez y un rostro siempre dispuesto a brindar una sonrisa, sobre todo cuando pisaba tierra solanera y miraba con nostalgia nuestra insupe- rable Plaza Mayor. Hablar de Mari Paz Naranjo es ha- cerlo de una mujer que empezó a desta- car en el atletismo con más de 50 años. Sus primeros logros importantes llega- ron en 1982, cuando se coronó campeo- na de España y subcampeona de Europa en su categoría en 800 y 1.500 metros. Al año siguiente participó en el mun- dial de Puerto Rico, donde fue tercera en 800 metros y subcampeona en 1.500. Impresionante. Después llegarían más éxitos, tal como contamos en la infogra- fía que pueden ver en esta página. Sin embargo, su proeza más llama- tiva llegó en el año 1989, cuando reco- rrió a pie la distancia que separa Santa Coloma de La Solana, ¡673 kilómetros! Lo hizo en 16 días, entre el 13 de agosto y el 29 de septiembre. Cubrió 42 kiló- metros diarios. Era en cumplimiento a una promesa a su patrona, la Virgen de Peñarroya. Tal hazaña le valió el pres- tigioso título ‘Galán’, que concede esta revista. Qué menos. Desde entonces, ha regresado a su pueblo en varias ocasiones, a veces acompañado por gentes de su tierra de acogida, a la que también se siente muy unida, faltaría más. Solo nos queda desear a Mari Paz toda la salud posible para seguir disfrutando del atletismo en la medida que pueda, y sobre todo para que pueda volver a divisar la torre desde la carretera.

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