GACETA DE LA SOLANA NÚMERO 292

Gaceta de La Solana 8 Ha sido Noticia A urelio M aroto A quel día volvió rebotada del tra- bajo. No le cuadró lo que su jefe le dijo en el súper donde trabaja- ba. Se dirigió a su marido, ya policía, y le dijo: ¡Dame los libros que me voy a ha- cer policía yo también! La secuencia es literal, asegura Sonia Contreras Sánchez (Valdepeñas, 1980),. Ahí cambió su vida, porque ella es graduada en magisterio y había hecho algunas interinidades en colegios de su localidad natal, aunque entre medias aceptó un puesto de cajera en un súper. Ahora es una de las poquísi- mas mujeres que han alcanzado el grado de oficial de Policía Local en Castilla-La Mancha, y la primera en La Solana “Nunca pensé en ser policía”, dice con claridad. Pero Sonia es así de re- suelta, así de audaz. “Me encerré un año y cinco meses en los que no vivía para otra cosa que la oposición”. Fue el tiem- po que tardó en aprobar y convertirse en Policía Local. El 4 de enero de 2019 le dieron la nota y mezcló una inmen- sa alegría con un punto de confusión. “Cuando llegué a casa no sabía si poner- me a estudiar o qué”, bromea. Atrás que- daba un año y medio de dedicación ple- na, que soportó ella y su familia. “Tuve todo el apoyo de Jose (su marido)”, que también se multiplicó para la crianza de Marcos y Jaime, por entonces con 10 y 7 años, respectivamente. La gran paradoja es que adora un tra- bajo en absoluto vocacional. O tal vez sí, aunque ella no lo supiera. “Me apasiona mi trabajo”, insiste hasta la saciedad. Y más ahora, donde lo peor ha pasado. La plantilla vuelve a ser amplia, con 19 agentes en turnos. Sonia vivió los peo- res momentos, aún frescos, cuando lle- gó a haber 4 o 5 policías, incluso menos. “Te sientes frustrada porque no puedes hacer tu trabajo”. Y las nuevas levas se unen a la nueva jefatura, “una gozada” en su opinión. Sonia Contreras, primera mujer oficial de la Policía Local “Me apasiona mi trabajo” Sonia Contreras, en los estudios de Radio Horizonte. Risueña y despierta, Sonia derrama optimismo. Sus compañeros destacan su capacidad para el trabajo y su jovialidad natural. Sin embargo, es perfectamente consciente de su “mala reputación” en- tre una parte de la ciudadanía, aquella que piensa que no pasa nada por aparcar mal, conducir ebrio, coger el móvil al vo- lante, no llevar el cinturón… “Alguno no entiende que lo denuncies si va en direc- ción prohibida ¡porque va al corralazo de al lado!”. Pero dice estar por encima de esas cosas. Cumple con su obliga- ción y punto, aunque reconoce que “he aprendido a tener más paciencia”. Ser policía local tiene miga, y más en un pueblo. La gente te conoce en segui- da y sancionar no es agradable. Luego están los sucesos más dramáticos, a veces con final trágico. Sonia recuerda que no son de piedra y es difícil olvidar ciertas escenas. El uniforme no elimina la empatía. “La Policía Local siempre es la primera en llegar y lo peor de todo es llegar tarde a un suceso importante”, subraya. En cualquier caso, un turno duro de trabajo lo encauza en quince minutos, exactamente lo que tarda en cubrir los 22 kilómetros entre La Sola- na y Valdepeñas. “Siempre digo que me vienen muy bien las cuatro canciones del coche”. Y claro, el hecho de ser mujer no pasa desapercibido. Asegura que la mayoría de la gente es ‘normal’, pero no faltan aquellos que “te miran de otra manera”, aunque no se siente discriminada por ello. En este sentido, pone el acento en su compañera Carmen Moreno, una insti- tución en el cuerpo, que le ha servido de guía en muchos momentos. Ahora son cuatro mujeres en plantilla, contando a Marisa Sáez –ya en turnos- y Marina Trujillo, que se incorporará en junio. La nueva oficial es feliz en La Sola- na. “Estoy contenta y no me planteo marcharme”. La razón tiene que ver con el ambiente de trabajo, que con- sidera ideal. “Mis compañeros son ge- niales, nos respetamos y trabajamos a gusto; no me hace falta más”. Haciendo gala de su claridad de ideas, Sonia con- cluye: “Si de mí depende, me jubilo en La Solana”.

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