GACETA DE LA SOLANA Nº291 - NOVIEMBRE - DICIEMBRE 2021

Gaceta de La Solana 76 Nuestra historia Lepanto y La Solana E l pasado 7 de octubre se con- memoró el 450 aniversario de la batalla de Lepanto, “la más me- morable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los veni- deros”, que dijera nuestro insigne escri- tor y soldado en la batalla, Cervantes. Con este motivo, la Hermandad de Santiago Apóstol me invitó a dar una conferencia dentro de las XI Jornadas Santiaguistas, denominada “Lepanto y el dominio del Mediterráneo”. Lo que desarrollo a continuación es un resu- men de dicha conferencia, insistiendo en aquellos aspectos más relacionados con nuestra localidad. Todo empezó en 1453, momento en el que los turcos otomanos tomaron Constantinopla y ponen fin así al último vestigio que quedaba del antiguo Impe- rio Romano. A partir de ese momento, especialmente con el sultán Solimán el Magnífico, el conflicto entre él y Carlos, los dos césares representantes del mun- do musulmán y cristiano, ejemplifica la lucha por el centro del mundo, el Me- diterráneo. La toma de Rodas, la caída de Túnez, las hazañas de Barbarroja, los fracasos de Argel y de los Gelves, la lu- cha por Malta… Son hitos que marcan el conflicto entre las dos potencias. El acceso al trono del nuevo sultán tras lamuerte de Solimány el esfuerzodel papa Pío V por unir a la cristiandad, va prepa- rando el terreno para la batalla definitiva. La Liga Santa, formada por el Papado, Ve- necia y España, une fuerzas para frenar el avance turco, especialmente crecido tras la toma de Chipre en 1571. El comandante de la flota cristiana será don Juan de Aus- tria, hermano del rey Felipe II, y estará ro- deado por un grupo de expertos militares: Doria, Requesens y Bazán, el hombre que más nos interesa en esta historia. El día de la batalla, 140.000 hombres y 600 barcos se enfrentan en el golfo de Lepanto (actual Grecia). La flota cristiana, dividida en tres tramos, está apoyada en la retaguardia por los bar- cos comandados por Bazán y su actua- ción será decisiva en el transcurso del enfrentamiento, ayudando alternativa- mente a venecianos, don Juan o Doria con los lanceros españoles curtidos en la reciente revuelta de las Alpujarras. En cuatro horas la balanza se inclinó a favor de los cristianos, con un resulta- do final de 46.000 muertos y 200 barcos destruidos. Parte de la historiografía ha deno- minado a esta batalla “la victoria sin consecuencias”. Efectivamente, el enor- me esfuerzo bélico no se tradujo en especiales ganancias territoriales, pero sí sacudió a Europa de su complejo de inferioridad y, sobre todo, los nuevos tiempos indicaron que el Mediterráneo había dejado de ser el centro del mun- do. A partir de Lepanto, España mira más hacia el Atlántico y el imperio oto- mano hacia Asia. Don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz Don Álvaro de Bazán ha pasado a la historia naval española como uno de sus mejores almirantes. Su intervención en el socorro a la isla de Malta, en la batalla de Lepanto, en la guerra de su- cesión portuguesa o en la preparación de la Armada Invencible dieron lugar a la concesión por parte de Felipe II del marquesado de Santa Cruz, señor de las villas del Viso y Valdepeñas, y en 1572 comendador de Alhambra y La Solana en la Orden de Santiago, de la que era caballero. No tenemos especiales referencias sobre su presencia en nuestra locali- dad, pero de todos es conocido el dicho de que construyó su palacio en el Viso “porque pudo y porque quiso”. En rea- lidad, construyó dos palacios, uno en Valdepeñas, del que no han quedado restos (sólo la denominación de Cuesta Palacio a la actual Cuesta de la Virgen) y el muy importante del Viso, donde en- contramos la mejor muestra de pintura al fresco renacentista de toda España, fuera del ámbito religioso, realizado por Don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz.

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