GACETA DE LA SOLANA Nº289

Gaceta de La Solana 8 Reportaje Cooperativa del Pan ‘Rosa del Azafrán’, 40 años amasando historia G Abriel J AiMe E l 18 de septiembre de 1981 en- cendió el horno por primera vez. Lleva casi cuarenta años elabo- rando el pan de cada día. La Sociedad Cooperativa Limitada ‘Rosa del Aza- frán’ está de aniversario. La acreditada entidad tahonera cumple cuatro déca- das ininterrumpidas al servicio de sus socios y del pueblo en general. Un grupo de entusiastas encabezados por Petronilo Arroyo (a la postre, primer presidente), fue el promotor de un pro- yecto muy ambicioso. La idea original planteaba una cooperativa de pan, una molineta para hacer harina y abrir un economato. “Habría sido un gran negocio entonces”, nos dice el actual presidente, Juan Ramón García-Abadillo. En una entrevista para GACETA, García-Abadillo defiende el papel de la veterana cooperativa panadera. Explica que las cooperativas nacen para regula- rizar los precios y que surgen, a veces, en casos extremos. “Aquellos señores vieron la necesidad de formar una coo- perativa porque el precio del pan estaba muy caro y la harina muy barata”. Ese papel regulador sigue vigente hoy en día. “Posiblemente todavía no esté re- conocida la labor de la cooperativa por- que no solo beneficia a los socios, sino también al pueblo en general, incluidos Membrilla y San Carlos del Valle”. Aquella primera gestora la forma- ban diez personas (6 de La Solana, 2 de Membrilla y 2 de San Carlos), que serían la base de la junta directiva fundadora. Encontraron un solar de 800 metros en la calle Águila, por el que pagaron algo más de 5 millones de pesetas; después edificaron la panadería. Años más tar- de ampliaron con otros 400 metros, que destinaron a las dependencias donde al- macenan la leña. Contrataron a cuatro profesionales para elaborar y despachar el pan, arrancando así su andadura em- presarial. “Que esto funcione depende mucho de los trabajadores y éstos siem- pre han sido muy responsables”, presu- me el presidente. Por aquellos años se formaron otras cuatro o cinco cooperativas en locali- dades vecinas, pero solo resistió la so- lanera. Había buenos cimientos y mejor gestión. Se arrancó con unos 600 socios, los mismos que hay ahora”. El actual presidente cree que los fundadores le echaron mucho valor. Provocó celos en el gremio, los panaderos de siempre no lo aceptaron cuando vieron el boom de socios en la nueva cooperativa. “Pero al final cada uno se quedó con una clien- tela y todo el mundo vive”, subraya Gar- cía-Abadillo. Por entonces, el sector panadero del pueblo celebraba reuniones sin contar con la cooperativa, una circunstancia que cambió hace tres lustros. “Al final se dieron cuenta de que éramos una panadería más y nos aceptaron porque hay mercado para todos”. Los primeros afiliados adquirieron unas participacio- nes de cinco títulos por cada miembro familiar, que se vendían por algo más de 8.000 pesetas (unos 50 euros). Actual- mente solo se necesitan cinco títulos Acto de inauguración de la cooperativa en septiembre de 1981

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