GACETA DE LA SOLANA Nº289

25 Reportaje circunstancias que atravesamos como consecuencia de la epidemia de CO- VID-19 y que permitirá cumplir con la normativa prevista por el Ministerio de Sanidad para la celebración de merca- dos al aire libre”. Las autoridades alegaron, además, que la ubicación de siempre “no per- mite ampliar la superficie destinada a este fin y que, de mantenerse, supon- dría una concentración de gente en una zona residencial”. Eso sí, la nota acla- raba que el cambio era “circunstancial” y el objetivo final era que se pudiera “retomar una actividad económica de la que dependen tantas familias sin po- ner en riesgo la salud de los vecinos y vecinas de La Solana”. Quince meses después, lejos de ser algo puntual, parece que el mercadillo en el bulevar y la Avenida del Deporte ha venido para quedarse. Desde la pri- mera sesión un 27 de mayo de 2020, tan solo con un 25% de los puestos, Los solaneros, de acuerdo con el nuevo emplazamiento La ciudadanía de La Solana, en general, se muestra conforme con este cambio de localización. Mediante una encuesta realizada entre los oyentes de Radio Horizonte, a modo de tertulia, los vecinos de la localidad indicaron que, pese a que a algunos les puede perjudicar esta nueva ubicación por razones de cercanía a su domicilio, este lugar es más adecuado por temas de espacio y salubridad, tanto para los clientes como para los vendedores. Algunos de los preguntados manifestaron que habían dejado de ir al mercadillo por estar demasiado lejos o por problemas de conexión del autobús urbano con respecto a su hogar. Sin embargo, reconocieron que el nuevo emplazamiento es idóneo y será un cambio al que poco a poco se adaptaran, al igual que ocurrió en su día con el Centro de Salud. Solaneros paseando por el nuevo mercadillo el pasado invierno la sensación generalizada de la pobla- ción y de los vendedores es positiva. “Hemos ganado todos con el cambio porque hay más amplitud para los puestos y muchos más aparcamientos para el público”, han declarado a GA- CETA varios vendedores este mes de agosto. Nadie duda de que hay más es- pacio para pasear, para aparcar y para el trasiego de furgonetas y camiones de material. Y tampoco hay dudas de que la seguridad es infinitamente mayor. ¿Qué pasaría en caso de emer- gencia importante? El acceso de una ambulancia, un camión de bombe- ros… “El anterior mercadillo era una ratonera”, admitía un vendedor. El cambio, no obstante, ha alejado a la gente mayor del mercadillo. Al es- tar situado en el extrarradio, muchas personas mayores con dificultades de movilidad y las que no tienen la capa- cidad, reflejos o incluso licencia para conducir, han visto cómo sus miérco- les han perdido esa esencia. Los ven- dedores lo tienen claro: “aquí bajan menos mayores que antes, y por tanto compran menos”.

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