GACETA DE LA SOLANA Nº285 - DICIEMBRE 2020

Gaceta de La Solana 4 Saluda del Alcalde Q ueridas/os vecinas/os: La vida es lo más importante que tenemos; el tiempo que nos toca compartir en el intento de conti- nuar haciendo de nuestro gran pueblo el espacio más hermoso para la convi- vencia y la fraternidad. El tiempo del año dos mil veinte con- cluye. También el año que juntos hemos tenido que vivir. Todos sabemos que este año ha sido distinto, diferente a la normalidad con la que hemos vivido otros años. Sin embargo, el tiempo nos arrastra inevitablemente para llevarnos en vo- landas a las puertas de un nuevo año, el dos mil veintiuno. Nadie es capaz de de- tener las manecillas del reloj, por suer- te, y la concepción del transcurso de la vida. Atrás nos hemos dejado mucho de nosotros mismos, de nuestros hábitos y costumbres. Hemos tenido que apren- der a convivir de una manera diferente y a relacionaros sin los besos y los abra- zos que nos caracterizan. En estos momentos de refexión que pretendo compartir con todos vosotros mi corazón se acelera al recordar a quie- nes hemos perdido y ni siquiera hemos podido despedir como se merecen. So- laneras y solaneros que contribuyeron en el camino de sus vidas a confgurar La Solana que hoy disfrutamos. A ellas y a ellos mi eterno recuerdo y agrade- cimiento. La Solana avanza cuando avanzamos todos juntos de la mano en el camino. Este pueblo luchador del que me siento muy orgulloso defne su destino con la mirada siempre puesta en lontananza, en el horizonte que pinta de los colores más bellos en las tarde frías y despeja- das del otoño y del invierno nuestros proyectos y nuestros anhelos. Hace ahora dos mil veinte años, el Amor inconmensurable de un Niño nos hizo entender el sentido de la Navidad. Este tiempo de bondad y de esperanza se abre ante nosotros un año más para acariciarnos con la fe y con la palabra escrita. El sentido de la vida de Jesús da sentido a cada una de nuestras vidas personales y particulares. Y en la base de la vida de Jesús, como en la de las nuestras ha de ser, el Amor al prójimo nos desbor- da todos los sentidos y sentimientos. El llanto de un Niño recién nacido nos anuncia la Navidad. El tiempo más hermoso del año cada año y del año que concluye. Este año lo celebraremos (ante todo) en familia, cumpliendo nuevas normas de convivencia y de re- lación. Estoy seguro que no faltaran los besos y los abrazos que nos debemos, con la prudencia precisa. El año que ha de venir aún tiene sus hojas pintadas de blanco dispuestas a que escribamos jun- tos hacia donde queremos dirigir nues- tros afanes y nuestros pasos. Ojalá que el año que viene, cuando ha- gamos balance de lo vivido en el año dos mil veintiuno, en la mesa de la cena de Navidad estemos todos. Ese sería mi deseo más sincero, mi regalo más pre- ciado. Mientras tanto os invito a que continuemos escribiendo juntos el des- tino de La Solana para poder entregar el mejor relevo a nuestros hijos e hijas cuando el tiempo lo disponga. Un abra- zo. Luis Díaz-Cacho Campillo Alcalde de La Solana

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