GACETA DE LA SOLANA 279

39 Reportaje Estabilidad y renovación’ La empresa vive un momento de estabilidad, según Rosa. El volu- men de negocio es suficiente para sostener el desafío de 35 nóminas mensuales, tres tiendas, un mata- dero, un cebadero de corderos y una flota de 13 vehículos. “El trein- ta por ciento de nuestras ventas son en La Solana y el setenta restante va fuera”, revela. Pero los tiempos exi- gen cambios, adaptaciones y reno- vaciones. Es decir, más gastos. Una reciente normativa sobre bienestar animal obliga adecuar el proceso de sacrificio en el matadero. Cargas, transporte, descargas, aturdimien- to… “Los controles son exhaus- tivos y las inspecciones no pasan una”. Como debe ser, por otra parte. Además, Pedrín e Hijos está inmer- so en un plan de energías renova- bles. Ha instalado placas solares y un generador de vapor. “La ‘broma’ nos va a costar unos 100.000 euros”, afirma Rosa. Se trata de optimizar el consumo y ahorrar hasta un 30 por ciento al año. El objetivo es amortizar la inversión en el plazo de 6 años. nado de la sierra de Jaén es segureño, muy parecido al manchego”. Siempre para arriba y para abajo, de finca en fin- ca, de trato en trato. Caminos separados La partición llegó en el año 1994. Cár- nicas Los Alejos se divide en dos. Por un lado, Alejo e Hijos, con la tienda de la casa familiar, en la calle Empedrada. Por otro, Pedrín e Hijos, que ubica la sala de despiece también en la casa fa- miliar, en la calle Encomienda, y abre su primera tienda, de alquiler, en la calle Carrera. Pedrín e Hijos empieza su aventura en solitario con 7 empleados, incluidos los padres y sus cuatro hijos: Rosa, Ana Cristina, Ramón y José Antonio. La empresa va creciendo. En 1997 abren tienda en la calle Veredas y con el co- mienzo del nuevo siglo otra más en la calle Valencia. Por razones de espacio, y también de normativa, Pedrín e Hi- jos se traslada al Polígono Industrial en el año 2004, con un matadero propio exclusivo de corderos. Son tiempos de rutas comarcales por Valdepeñas, To- rrenueva, Santa Cruz, también Ciudad Real y su zona de influencia… Más tarde llegarían clientes de Albacete, Andalucía, Madrid, incluso Alicante, a través de mayoristas encargados de la distribución. El cordero, buque insignia Pedrín e Hijos logra un sello de calidad gracias a su carne de cordero, sin duda el buque insignia de la empresa. Hasta que la crisis de 2008 frena en seco la bonanza. “Empezamos a hacer con- servas precisamente por la crisis”, nos dice Rosa, que junto a su hermana Ana Cristina dirige la administración. Lomo de orza, caldereta, pisto con pollo y morcillas de cordero fueron las prime- ras experiencias conserveras. Después llegaron las legumbres, las lentejas o las habichuelas. “Nos adaptamos al merca- do”, argumenta Rosa. En este momento, Pedrín e Hijos SL tiene 35 empleados, entre carniceros, pastores, comerciales, dependientes y oficinistas. Un pequeño ejército que no es fácil mantener, y no sólo desde el punto de vista económico. “Es difí- cil encontrar profesionales, la gente no quiere ciertos trabajos”. “Si te das cuen- ta no hay carniceros parados; nosotros hemos formado a muchos que luego se van a la competencia, es así”. Con todo, “algunos empleados llevan 20 años con nosotros”. Pedrín, desde la tranquilidad que dan la edad y la sensación del trabajo hecho, contempla con sano orgullo el devenir de su pequeño imperio. Con la natu- ralidad de siempre, con su proverbial campechanía. Para él, contemplar los Pedro Rodríguez-Rabadán 'Pedrín' en su cebadero de corderos corderos cada mañana en El Hornillo no tiene precio.

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