GACETA DE LA SOLANA Nº277

Gaceta de La Solana 11 Ha sido noticia A ritmo de Sol A URELIO M AROTO ‘S ol’ es la quinta nota del pentagrama y su manido paralelismo con La Solana también se traslada a dos conciertos veraniegos: Solrock y Electrosol. El primero se celebró el sábado 27 de julio con la par- ticipación de dos bandas valencianas, una madrileña y la solanera Grajo, todo un clásico del rock local. Solrock pretende “ampliar la cultura musical en La Solana”, según explicó a GACETA Pedro Torres, a la sazón presidente de la Asociación Músico-Cultural ‘Sol Rock’. “Queremos que siempre haya alguna banda local para no perder esa esen- cia, pero que también vengan grupos nacionales y sea un atractivo para la gente de fuera”. “La idea es que el festival sea un poco más grande”. La noche anterior se celebró la tercera edición del festival de música electrónica Electrosol, también en la caseta. Pu- dimos escuchar a los DJ Ángel Moreno, GNSV, Redwoll y Salcedo, que pusieron toda la ilusión a pesar de la poca afluencia de público. Ángel Moreno, promotor de la ac- tividad, nos contó que llevan realizando este festival con ayuda del Ayuntamiento para poner en valor la música electrónica frente a otros estilos. Concierto de Electrosol Una de las bandas de Sol Rock Los feriantes, siempre en el disparadero M AITANE B ARBA S in feriantes no hay feria, pero sin gente no hay ferian- tes. Hace mucho que La Solana es un lugar atractivo para los comerciantes nómadas de las ferias, como lo demuestra el casi centenar que acuden. Sin embargo, rara- mente terminan contentos. Antonio Martínez, que regen- ta un puesto de algodón de azúcar, declaró a GACETA que esta feria ha sido más floja que la del año pasado, “quizá porque ha habido un día menos”. Manuel Sánchez, con un puesto de berenjenas y encurtidos, también notó menos público, en especial el día de Santiago. “Aprovechan las fiestas para irse de vacaciones fuera”, argumenta. Isidro Araque, solanero y propietario de “El cocodrilo”, dice que la feria ha sido similar. Está contento con el resultado, pero también se queja. “Cada año se trabaja peor porque tienes que atender a cuatrocientas personas a la vez y en muy poco tiempo”. Tirando al tirapichón